A su juicio, la culpa es de Washington por los problemas creados en Ucrania. "Bruselas también utiliza las palabras de Washington y solo transmite sus mensajes", sostiene Petrovich recordando que el verano pasado Bruselas presionó a Bulgaria cerrándole los créditos en los bancos de la Unión Europea y amenazándole con peores consecuencias si proseguían la construcción del South Stream.
Además, la experta considera que ya es hora de que la Unión Europea se dé cuenta de lo que significa no tener una ruta alternativa de suministro de gas. "Con esto Rusia no pierde nada, está centrada en Oriente, tiene negocios con China, ahora con Turquía. Respecto al gas, Rusia no saldrá perdiendo, sufriremos nosotros y el resto de Europa", concluye.