Según informa el periódico 'Austin American-Statesman', hace 28 años el hospital estatal de Austin donó a la Universidad 200 cerebros preservados en formaldehído para ser utilizados con fines educativos y científicos. Pero la mitad de los depósitos han desaparecido misteriosamente, incluido el frasco que contenía el cerebro del famoso 'francotirador de Texas', Charles Whitman, que mató a 16 personas
en 1966.
"Pensamos que alguien podría haberse llevado esos cerebros, pero ciertamente no sabemos nada", se limitó a afirmar el profesor de psicología Tim Schallert. Por falta de espacio en el laboratorio se depositaban solo un centenar de frascos con muestras biológicas, por lo que el resto de ellas se almacenaba en el sótano, recordó Schallert.
La Universidad de Texas se ha comprometido a investigar el incidente. La institución educativa no descarta que la desaparición de los cerebros se deba a las bromas de los estudiantes durante el pasado Halloween.