El presidente estadounidense, Barack Obama, confirmó este lunes su decisión de iniciar la retirada de las tropas estadounidenses del territorio de Irak. El proceso empezará el 31 de agosto y se espera que concluya a finales del próximo año.
Con esta resolución Obama cumplió una de las promesas que había hecho durante su campaña electoral.
"Como candidato presidencial prometí llevar la guerra en Irak hacia un final responsable", dijo el mandatario ante un congreso de veteranos de guerra. Obama subrayó que cuando se termine la "misión de combate" el 31 de agosto, se dará paso a una "misión diplomática" en la que los soldados restantes estadounidenses se encargarán de entrenar a los militares iraquíes y defender los intereses de EE. UU. en ese país. Señaló, además, que a mediados de 2011 esas tropas restantes también se retirarán.
El presidente declaró que el Gobierno tratará de prestar toda la ayuda necesaria a los que hayan pasado el servicio militar en esa región. Prometió acelerar los pagos a los veteranos de guerra y aumentar la lista de servicios médicos para los afectados.
Los analistas políticos suponen que la reducción de la presencia militar en Irak se debe a la intención de Obama de seguir realizando operaciones en Afganistán. En diciembre del año pasado el líder estadounidense ordenó el envío de 30.000 soldados de refuerzo a Afganistán. Por el momento, el Gobierno estadounidense no planea el retiro de sus tropas de este país. Según afirmó el ministro de Defensa de EE. UU., Robert Gates, "todo dependerá de la situación actual en Afganistán".