La prisión se encuentra en el territorio de la base aérea estadounidense del mismo nombre, y durante varios años fue escenario de palizas, acosos sexuales, amenazas de violación, castigos físicos y ataques con perros. En cierto momento la prisión de Bagram llegó a tener unas dimensiones que doblaban a las del complejo de Guantánamo en Cuba.
En 2013 Estados Unidos transfirió el control oficial de Bagram a los afganos, pero solo este año se informa de que el número de detenidos bajo su custodia en Afganistán se ha reducido a cero, informa Reuters.
El 7 de diciembre Estados Unidos y la OTAN pusieron fin a su misión de combate en Afganistán. El General John F. Campbell, comandante de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN, dijo que todavía permanecen en Afganistán 15.000 efectivos extranjeros, pero para el 1 de enero ese número disminuirá a 13.000. Se espera que antes de abandonar Kabul en 2015 un grupo de los militantes estadounidenses entrenará a los policías y soldados afganos para que sean capaces de mantener la seguridad en el país.