En los alrededores de Moscú el fuego continúa consumiendo todo a su paso. Debido a los fuertes vientos las llamas de los distintos focos de incendios que se han declarado hasta hoy, se mueven rápidamente por todo el bosque. En total los incendios forestales en 21 regiones de la Federación Rusa han dejado un saldo de más de 100 mil hectáreas devastadas por las llamas y cerca de 2 mil casas destruidas.
Un pintoresco y agradable pueblo a 150 kilómetros al sur de la capital rusa muestra hoy una realidad desoladora. Sólo bastaron minutos para que el fuego acabe con todo a su alrededor. Doce personas fallecieron aquí en este infierno, de un total de 50 que han muerto por la misma causa en todo el país.
Hoy, quienes sobrevivieron al terror de las llamas, vuelven al lugar que construyeron con tanto esfuerzo, muchos de ellos sin esperanzas de encontrar algo en pie. “Sentí mucho miedo cuando vi el resplandor rojo del fuego y el espeso humo negro. Ardían casas y graneros. Todo el pueblo se quemó por completo. Fue realmente aterrador”, cuenta Galina Mijailova, víctima del fuego.
Las personas que han perdido todo encuentran un nuevo hogar en los dormitorios de la residencia estudiantil de una universidad local (mientras todo el mundo está de vacaciones). Ahora sólo basta esperar que las promesas de las autoridades se hagan realidad y que próximamente sean trasladados a las viviendas que el Gobierno ruso les proporcionará.
Respirar se hace cada vez más difícil. “Ya tenemos alrededor de 70 mil dólares cada uno en compensaciones o un poco más”, cuenta Alexandra. “Pero lo que más esperamos es una nueva casa. Han prometido que la entregarán a todas las familias en los próximos 3 meses”.
Mientras tanto, los esfuerzos continúan: aviones, helicópteros, unidades de bomberos y efectivos del ejército y del Ministerio de Situaciones de Emergencia hacen lo posible por devolver a la ciudad su aire limpio. Estas familias lograrán respirar mejor gracias a sus esfuerzos, y una vez que puedan dormir nuevamente bajo su propio techo.