El Pentágono exige que WikiLeaks devuelva los documentos de Afganistán
El Pentágono exige a los autores del proyecto WikiLeaks que devuelvan inmediatamente los 15.000 documentos sobre la guerra de Afganistán que todavía no han sido publicados en su sitio web.
El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, declaró que "el único paso aceptable ahora es que WikiLeaks dé los pasos necesarios para devolver todas las versiones de todos los documentos al Gobierno de Estados Unidos y borrarlas permanentemente de su página web, sus ordenadores y sus archivos".
Morrell señaló que la publicación de unos 90.000 expedientes sobre operaciones militares en Afganistán ya han aumentado el riesgo que corren los militares destinados en las zonas de conflicto, sus aliados y los ciudadanos locales que colaboran con EE. UU.
La primera publicación de los documentos secretos en WikiLeaks tuvo lugar el 26 de julio. Los documentos se referían a la campaña afgana desarrollada durante el periodo comprendido entre 2004 y 2009. Los documentos revelaron fallos cometidos por los militares internacionales que costaron la vida a varios civiles afganos.
Más tarde el jefe del proyecto, Julian Assange, prometió promulgar más de 15.000 documentos que todavía no han aparecido en el sitio. Sin embargo, el creador de WikiLeaks afirmó que iba que redactarlos para no poner bajo riesgo a las personas que ahí figuran.
Washington reprobó la publicación de los expedientes clasificados. "Estamos pidiéndoles que hagan lo correcto", afirmó Geoff Morrell.
Antes los representantes de Talibán prometieron investigar el archivo publicado y "castigar" a los informantes americanos. Según algunos datos, en los documentos ya publicados se mencionan los nombres de decenas de afganos que colaboran con las tropas de coalición.
Pasado poco tiempo después de la publicación del 'informe afgano', el Pentágono inició la investigación de la filtración de información. El sospechoso principal fue el analista de inteligencia del Ejército Bradley Manning, de 22 años, arrestado en mayo acusado de publicar en la página WikiLeaks un vídeo escandaloso de un ataque de las fuerzas aéreas de EE. UU. en Bagdad.
Mientras tanto la importancia de los expedientes publicados se ha puesto en duda varias veces en la prensa mundial. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confesó que la publicación pudo causar daño a la operación militar en Afganistán, pero señaló que los documentos no tenían ningún dato 'bomba'.