El festejo del Bicentenario de la Independencia de México ha estimulado un repunte del patriotismo en los ciudadanos y parece que está causando, además, unos efectos históricos bastante inesperados. Se ha despertado mucha polémica en cuanto al monumento a los conquistadores españoles Francisco Montejo padre e hijo, instalado en Mérida, capital del Estado de Yucatán, que fundaron ambos en 1542.
Los mayas han saltado a la Red de redes con llamamientos para incluir en la agenda de las celebraciones del Día de la Hispanidad la destrucción del monumento. La escultura en honor a 'El Adelantado' y 'El Mozo', como se les conocía a los Montejo padre e hijo, respectivamente, con la que quieren acabar definitivamente fue instalada en junio pasado en el Paseo de Montejo y desde el principio provocó mucha crítica por parte de la población indígena del Estado.
La primera petición para que se retire el monumento fue presentada ante la Alcaldía de Mérida en julio pasado. El documento decía que la llegada de los conquistadores "significó una enorme destrucción de las culturas y de los pueblos originarios" y "que su comportamiento no debe hoy presentarse como modelo a seguir", según recoge la agencia EFE.
Mientras tanto, las autoridades de la ciudad comentan que el legado histórico de los conquistadores forma una parte íntegra de la historia moderna del país. En el caso particular de Mérida, los Montejo, como fundadores de la capital de Yucatán, siempre han estado presentes en las imágenes de esta ciudad. La avenida principal, el Paseo de Montejo, también lleva su nombre y los oficiales argumentan que es bastante lógico que un monumento a estas dos personalidades históricas esté instalado ahí.
El director de Cultura de Mérida, Roger Metri Duarte, precisó que las estatuas habían sido donadas a la ciudad y todavía no está claro si las regulaciones de la donación permitan devolverlas o retirarlas, si ésta fuera la decisión final.
Mientras tanto, Angélica Raujo, la nueva alcaldesa de la ciudad desde julio de este año, con el fin de llegar a un compromiso ofreció a los indígenas opositores que realizaran una consulta pública para que el futuro destino de la obra sea resuelto por toda la población de la zona.