Se abre un nuevo proceso vinculado con el nazismo en Núremberg
El Tribunal de Núremberg (Alemania), famoso por el juicio a los comandantes del nazismo en 1945, se convirtió en arena de combate de dos empresas. El caso tiene un marcado matiz político y también está vinculado con el nazismo.
El demandante es una conocida firma de prendas de estilo neonazi, Thor Steinar. Y la parte querellada es una empresa que produce réplicas irónicas de sus prendas, Storch Heinar, y que afirma que su intención es paliar el efecto negativo que la ropa nazi pueda tener.
"Es muy difícil prohibir esta actividad en todo el país, pero la mayoría de los alemanes sabe que Thor Steinar es sinónimo de activistas de ultraderecha y nosotros no queremos tolerar ni esa conducta ni gente de ese tipo", dice el cofundador de Storch Heinar, Julian Barlen.
Fundada hace ocho años, la empresa Thor Steiner fabrica ropa para cada día, pero con un diseño que evoca la época del Tercer Reich y la mitología nórdica. En contrapartida el movimiento juvenil del partido de socialdemócratas lanzó el año pasado una línea de ropa bajo la marca de Storch Heinar que ironiza sobre la producción de Thor Steinar.
"Quisimos seguir los métodos que se usan para atraer a los jóvenes a través de la moda, la música contemporánea y distintos tipos de entretenimiento", explica Barlen. "Ya no son los neonazis de antes con su uniforme y el bate de béisbol".
Al darse cuenta de la evidente parodia, Thor Steinar presentó una denuncia. Sin embargo, el juez sentenció que Storch Heinar tiene derecho a expresar su ironía, opinión que no comparten los abogados del demandante. "Ellos pretenden mostrar que son los buenos de la película e intentan determinar lo que está bien y lo que está mal", afirma el letrado de Thor Steinar, Alfred Volk.
Sin embargo, Thor Steinar se vio obligado a modificar su logotipo parecido a una esvástica, y ahora la compañía afirma que su ropa no lleva ningún símbolo que esté prohibido en Alemania.
El propietario de la tienda de Thor Steinar afirma que su ropa la compra la gente de todas las edades, lo que debe probar que su producción no está destinada a ningún movimiento radical juvenil. Sin embargo, a pesar de esas declaraciones, la clientela de Thor Steinar sigue disminuyendo.