‘Casus belli’ como causa de la muerte del científico británico
Las dudas de varios expertos sobre las circunstancias de la muerte del científico británico quien había desenmascarado al Gobierno de Tony Blair, por su mentira sobre el ‘casus belli’ con el régimen de Saddam Hussein, están apoyadas por los nueve médicos londinenses más prestigiosos. David Kelly murió en 2003 como si fuera por suicidio, conforme a la conclusión forense oficialmente aceptada.
El escritor inglés, Norman Baker, se centró en las contradicciones de la versión oficial de lo sucedido hasta que escribió para el 2008 el libró ‘Extraña muerte de David Kelly’. Su investigación impresionó a los especialistas, incluso al ex presidente de la Academia Britana de Ciencias Forenses, sir Barry Jackson. Ahora el académico y sus colegas opinan que un hacha embotada no pusiera servir de causa de la pérdida masiva de sangre que llevaría al fallecimiento de Kelly.
El cuerpo de Kelly —quien había insistido en la falsedad de la hipótesis sobre las armas de exterminio en masa en Irak— fue hallado en el bosque adyacente a su casa rural, con un navajazo en el brazo izquierdo. Alrededor yacían desparramados los comprimidos del coproximol, medicina que, evidentemente, no podría producir un efecto fatal. En la podadora se no había huella alguna del presunto suicida, aunque ¡no llevaba guantes! Es más, los primeros forenses que tuvieron el alcance al cadáver, indicaron la pérdida de sangre cómo la causa de la muerte; pero ¡en el suelo no había mucha sangre!
Mientras los nueve preparaban su mensaje abierto al nuevo Ejecutivo de coalición de los conservadores y los liberales demócratas, revelaron que el gabinete saliente —el de Gordon Brown— aún en enero de 2010 logró clasificar por 70 años, todos los documentos relacionados con el pendiente de aquel supuesto suicidio, inclusive el certificado de defunción y papeles forenses. Este último hecho indicó directamente al intento de ocultar los enredos de los ministros laboristas.
Los médicos compartieron la inquietud de la comunidad científica en cuanto a la objetividad de la investigación anterior, emprendida por la denominada comisión parlamentaria de 'Hutton', a la que en la sociedad la llaman abiertamente ‘blanqueadora’. Exigieron de David Cameron y su Gobierno una pesquisa amplia y una revisión de los documentos forenses.
Las dudas sobre las causas de la muerte de Kelly las reforzó el reciente testimonio de un ex agente del KGB, Boris Kirpíchnikov, que por su parte se refirió a las palabras de Peter Everett, director general (antes de 2006) de la compañía Group Global Intelligence Services que cobijó a muchos agentes retirados de MI-5, quienes cumplían los pedidos sobre los servicios informativos de empresas privadas. Los dos se habían encontrado un par de días después del perecimiento de Kelly. Entonces el interlocutor le dijo a Kirpíchnikov que el viejo inquieto fue ‘eliminado’ por su ‘conducta imprudente’ y a la pregunta sobre los ejecutores de la liquidación indicó a ‘la firma concurrente’ lo que debería corresponder al MI-6, según lo comprendió el oyente.