La ultraderecha estadounidense se consolida en las primarias republicanas
La ultraderecha estadounidense consolida sus posiciones en el Partido Republicano con la elección de un tercer candidato al Senado, apoyado por el movimiento oposicionista Tea Party (en este caso el que se presentará por el Estado de Colorado). De este modo los próximos comicios que se celebrarán para la renovación de la Cámara de Representantes y parte del Senado el 2 de noviembre, pueden convertirse en un gran desafío para los demócratas, señalan los analistas.
En las primarias republicanas de Colorado, Ken Buck, el favorito del grupo ultraconservador, derrotó a la candidata oficial de los republicanos, la ex vicegobernadora Jane Norton y de este modo se unió a los otros dos “admiradores del té”, Sharron Angle y Rand Paul, que ya pretenden convertirse en los portavoces de los intereses de sus estados -los de Nevada y Kentucky, respectivamente- en el Senado.
Al haber conseguido la victoria en la candidatura, el legislador Buck tendrá que enfrentarse al senador Michael Bennet, que recibió el apoyo del presidente Barack Obama y venció a su rival progresista Andrew Romanoff en las primarias demócratas del mismo Estado.
Tanto los resultados de los comicios en Colorado, como los de las elecciones legislativas en general, podrían deparar muchas sorpresas ya que, según recientes encuestas, el Tea Party, creado en 2009 tras la elección de Obama, ya se ha convertido en un lobby que ha empezado a tener cada vez más poder sobre la opinión pública, mientras que la popularidad del presidente y de su partido desciende inexorablemente.
Según los datos de un estudio realizado por NBC News y Wall Street Journal a principios de agosto, más de la mitad de los estadounidenses no están contentos con la política económica realizada por el mandatario y el 48% no está de acuerdo con la actividad de Obama como el líder del país. Además, sólo una cuarta parte de los participantes del sondeo confía en su Gobierno, mientras que uno de cada seis encuestados cree que el país está tomando un rumbo incorrecto.
“Después de la retórica y otros discursos, lo que queda es un enjambre corporativo que ha gastado dinero en campañas políticas y como consecuencia en las elecciones; y lo que ellos esperan es que se les recompense. De modo que no es sorprendente que ahora los movimientos sociales empiecen a ser un problema para Barack Obama. La solución que ahora el presidente contempla es volver a las políticas conservadoras, casi como las de Bush, para intentar equilibrar la ecuación”, opina Noam Chomsky, analista político.