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La condena número 73 a los 37 años

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El británico David Fairbairn estableció un récord 'numérico' bastante peculiar: a la edad de 37 años recibió la condena número 73 en su carrera profesional como ladrón de guante blanco.
La condena número 73 a los 37 años

El británico David Fairbairn estableció un récord 'numérico' bastante peculiar: a la edad de 37 años recibió la condena número 73 en su carrera profesional como ladrón de guante blanco.

Había comparecido ante un tribunal en 96 ocasiones desde que se acabó su romántica época de adolescente. Siendo mayor de edad, algunos períodos de su vida cada año los pasó en instituciones penitenciarias, según comenta The Daily Telegraph. Pero cada vez permanecía preso durante unos días o semanas.

Sin embargo, la sentencia número 73 ya no resultó ser tan benévola: la corte de su localidad natal, Exeter in Devon, le ha condenado a 2 años y 6 meses de cárcel.

Lo más curioso es que, al parecer, tiene una verdadera afección a la vida entre rejas: por lo visto, fuera de una celda se siente solitario y aburrido: su crimen 'conmemorativo' lo cometió el día después de salir en libertad tras cumplir con la condena número 72.

A la hora de despedirse de la prisión, Fairbairn recibió 46 libras de renumeración de descargo y una orden de registro para viajar. El recién liberado intentó disfrutar de la noche a toda escala y gastó la suma en tomar 'un par' de copas con un amigo. Acabó tan ebrio que tuvo que dirigirse a un hospital: los médicos tardaron unas tres horas en 'despejarle'.

Luego, optó por continuar con sus aventuras y, al cabo de unas horas, irrumpió en una gasolinera y amenazó con una piedra al aterrorizado cajero. El resultado del asalto llegó a las 280 libras, con lo que el agresor se conformó y, sin hacer ningún daño ni al inmobiliario ni a su contenido (cajero incluido), se fue del lugar del crimen con calma.

Pero el dependiente apretó el botón de alarma y la policía descubrió al culpable caminando por la carretera con el dinero en el bolsillo.

Fairbairn admitió la culpa del robo. Durante el juicio, su defensor, Warren Robinson, argumentó que su cliente sufría problemas con el alcohol y las drogas, siempre se había mostrado muy cooperativo y honesto con la policía y, además, jamás intentó hacer daño al cajero. Afirmó que la piedra que había llevado parecía ser algo decorativo de un jardín, con una superficie lisa y un poco más grande que la palma de una mano. Según Robinson, cometió su crimen número 73 a causa de la adicción a las drogas y con el propósito de resolver sus necesidades financieras inmediatas.

Al pronunciar la sentencia, el juez comentó que a lo mejor durante el plazo carcelario de la condena, Fairbairn recibiría ayuda para sus numerosos problemas.

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