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Entrevista a Vladímir Putin: visión desde dentro del coche

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El primer ministro ruso, Vladímir Putin, mientras conducía desde Jabárovsk a Chitá durante su viaje al Lejano Oriente de Rusia, dio una entrevista a varios medios de información de masas, entre ellos los canales 'Rusia-24', 'Mi planeta' y el diario ruso 'Kommersant'. El primer ministro expresó su
Entrevista a Vladímir Putin: visión desde dentro del coche

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, mientras conducía desde Jabárovsk a Chitádurante su viaje al Lejano Oriente de Rusia, dio una entrevista a varios medios de información de masas, entre ellos los canales 'Rusia-24', 'Mi planeta' y el diario ruso 'Kommersant'. El primer ministro expresó sus ideas sobre los problemas políticos más importantes del país, tales como las próximas elecciones presidenciales, el asunto de Mijaíl Jodorkovski y las relaciones con EE. UU.

La cadena RT presenta la entrevista de Vladímir Putin, concedida al rotativo 'Kommersant'.

El corresponsal del periódico, Andréi Kolésnikov, se subió al coche de Putin en el kilómetro 350 de la carretera Jabárobsk–Chitá y se bajó en el kilómetro 530.

Vladímir Putin, tras saludar: Ud. no escribió todo en su artículo de ayer.

Corresponsal: ¿Cómo?Escribí todo con siceridad.

En vísperas, él (Putin) hacía una biopsia con una ballesta a las ballenas grises en el Océano Pacífico y después, cuando yo le pregunté quién es el siguiente luego de los guepardos, los osos blancos y pardos, él dijo que sería yo. Dijo también que si no le gustaba cómo él me disparaba de la ballesta, entonces me podía colocar unas pequeñas antenas para estudiar en qué población me encontraba y cómo me movería para Moscú.

- Y además yo le dije que se podía colocar un canario, por si acaso, para que su esposa también sepa dónde está Ud. y cómo está, -pronunció él abriendo amablemente la puerta de su coche Lada Kalina Sport,- ¿O Ud. no lo necesita?

-¿Ud. está dispuesto a hacer esto? -me sorprendí.- ¡Es verdad que ya no hay exploradores antiguos! ¿Qué? ¿Está guardado equipamiento especial? ¿Lo utiliza a veces?

- No hay equipamiento especial -dijo él de forma seca,- eso está en el pasado.

- Vamos a hablar del presente.

- Vamos.

- Tengo entendido que tenemos en adelante un camino largo…

- ¿Acaso es largo camino?, dice Vladímir Putin entre risas, poco más de dos mil kilómetros.

- Me refiero hasta la primera parada.

- Entonces se puede decir que sí, me dio la razón.

- ¿Es difícil manejar el coche y discutir temas que después serán transmitidos, para decirlo de una forma, de boca a boca? El autocontrol no es como siempre… ¿No van a lamentarlo después?

- ¡No!, se rio él. Ahora estoy de vacaciones. Estoy de vacaciones quizá por primera vez en diez años.

- Entonces vamos a charlar. Dígame, ¿Qué es lo más complicado?, ¿ocuparse de la economía o de la política?

- Si se hacen las cosas bien es interesante incluso ocuparse de la huerta, respondió el primer ministro sin una sonrisa en la cara. Si hacerlo con total dedicación. Me dicen: ay qué país tan grande que tienen, qué difícil para Ud… Y yo simplemente sé, estoy seguro de que eso no importa. Cuando estaba trabajando en San Petersburgo, una ciudad con cinco millones de habitantes, entonces trabajaba de día hasta la noche y nada era más fácil. Y cuanto más concreta la tarea, más difícil uno lo tiene. Y los resultados, o los hay o no. Pero, si mirarlo desde el punto de vista global, en el nivel político se toman decisiones que influyen en todos los aspectos de la vida. Es decir, las decisiones en el nivel político tienen más responsabilidad. Pero, para las personas que toman esas decisiones, es una ventaja (rió nuevamente el primer ministro). Por cierto, las decisiones económicas se puede cambiar, es más difícil para las decisiones políticas.

- ¿Hubo decisiones que Ud. quería cambiar?

- ¡No!

- ¡Y como antes Ud. dice que no se lamenta sobre nada! (Yo estaba sorprendido) ¡Igual que hace diez años. No hay errores!

- ¡Se lo digo francamente! Cuando miro atrás… empiezo a pensar… ¡No hay!

- Bueno, Ud. Se conoce a sí mismo mejor que yo…

- ¡Eso sí que es verdad!

- ¡Mejor que todos los demás juntos! Ud. se da cuenta de que hubo errores. Es que simplemente Ud. no quiere reconocerlo.

- Bueno… (Se puso pensativo) A lo mejor algunas cosas se podrían hacer con más precisión, eficacia y sabiduría… Pero, en general… errores desde el punto de vista de la elección… (Se quedó como clavado en la última palabra)… del desarrollo, la elección de la manera de solucionar las cosas… ¡Esa es una de la preguntas principales de nuestra existencia! Esa pregunta es la base de muchas cosas. Al mismo tiempo, es clara, está relacionada con el sueldo, subsidios, etc… Me refiero a que en el pasado a veces nos regañaban, a veces reprochaban seriamente porque demasiado dinero lo mandábamos a las reservas (reservas internacionales, reservas del Banco Central, y después inventaron un banco de reservas del Gobierno). “¿Pero para qué Uds. lo está haciendo? Hay que desarrollar la infraestructura, desarrollar el sector real de la economía, el sistema bancario… Devuelven ese dinero a la gente, por fin… ¡Repártanlo!” Repartíamos lo que considerábamos necesario (en forma de subsidios etc., desarrollábamos proyectos nacionales). Pero ahora voy a decir lo más importante… ya en aquel entonces actuábamos teniendo en cuenta de que habrán crisis mundiales y que iríamos a necesitar reservas… Y ahora lo principal: ¡no se puede invertir en la economía de estado un dinero que no fue ganado por un sector productivo del país!

(Lo dijo con tanta pasión que dejó de controlar bien el volante y se movió y casi nos pasamos al carril opuesto de la carretera. De todas formas no había nada por qué preocuparse: no había coches, y los inspectores de carreteras, por si acaso, habían despejado las pistas para darnos el paso).

- ¡Y no se puede “quitar la nata” del sector de gas y petróleo y completamente ingresarla en la economía! Eso va a conducir a la inflación… Eso va a desarrollar aquellas partes de la economía que están orientadas hacia la exportación y no hacia la demanda interna. El Banco Central y el sector económico del Gobierno estaban deteniendo este proceso, pero, al parecer, no fue suficiente. Y comenzaron su desarrollo aquellos sectores de la economía que eran orientados no hacia la demanda interna, sino que hacia la externa.

- ¡Es decir que hubo errores!, dije casi solemnemente.

- Y en cuanto nuestro mercado se redujo en su volúmenes (siguió él sin hacer caso a mi último frase), nuestros especialistas no sabían a dónde entregar su mercancía. En el mercado interno cuesta mucho, en el externo no lo compran. Fue un doble golpe: en los precios y en los volúmenes. Y si el Banco Central hubiera estado deteniendo esos procesos… hay muchos mecanismos para ello…no permitiendo comprar por importación tales tamaños de lo que se quiere… habrían limitado de alguna forma la exportación… entonces, el desarrollo de nuestra economía habría ido de forma más equilibrada. ¿Es necesario hacer un reproche al Gobierno por eso? ¿Se puede hacer? Sí, tal vez, además yo mismo lo reconozco.

- De hecho estaban reprochando.

- ¡Es que estaban reprochando por otra cosa! ¡Sí, por otra cosa! Hacían reproches tipo ¿por qué damos poco? Pero, si hubiéramos dado más en los tiempos de la crisis, sería peor, esa es la cuestión. Pero, al fin y al cabo, nos detuvimos y la política era correcta y satisfactoria.

- Ud. ya lleva mucho tiempo teniendo el poder, ya hace mucho… ¿Por qué? Dígame, ¿Ud. piensa que hay cosas que solamente Ud. tiene que hacer y nadie más?

- No, pienso que todos nosotros tenemos que crear un mecanismo. El mecanismo de la firme estatalidad rusa que tenga que ser resistente hacia las influencias interiores, hacia los problemas exteriores, y todo nosotros tenemos que estar seguros de que es un mecanismo equilibrado. Las relaciones equilibradas dentro de la sociedad civil y el Gobierno, tenemos que dividir los poderes, cada uno de los cuales tiene que ser autosuficiente y tener su propia competencia. Con eso un poder no tiene que participar en la toma de decisiones del otro. A lo que refiere a lo que tengo que hacer y a lo que no tengo que hacer, solo puedo elegir entre dos cosas: o mirar desde la orilla cómo se va el agua, cómo algo se está destruyendo y desapareciendo; o intervenir. Yo prefiero intervenir.

- Todo lo que acaba de contar usted, lo dijo hace diez años, cuando se editó el libro “Conversaciones con Vladímir Putin”.

- ¡Sí que fue un proceso largo! Para organizar la totalidad hacen falta decenas de años. Igual que para construir un transbordador espacial… ¡Y usted quiere que organicemos en un dos por tres un Estado balanceado en todos los aspectos!  

Quieromucho!
- ¡Pero en algunos países no lo logran hacer jamás! ¡Y en otros tardan decenas de años en hacerlo! ¡No es lo mismo que cocer  “blines”!

- ¿Y en nuestro caso ve usted algún progreso donde no lo ve nadie?
- ¡Sí veo! Todo lo que estamos haciendo me convence de que estamos en el camino correcto. Lógicamente no podemos pasar por alto las realidades existentes. Todo el sistema financiero se vino abajo durante la existencia de la URSS, al igual que todo el sistema seguros sociales y el económico. Tuvimos un tipo de producción muy cerrado, tras una especie de cortina de hierro en la que se consumía todo lo que se fabricaba, independientemente de la calidad que tenía… 
En realidad, hoy en día tenemos una economía de transición, que es atendida por un sistema político de transición y, a medida de que esta economía madure y se haga más eficaz, claro que necesitaremos otros métodos de arreglo político.   

- Me parece que en este camino usted no se da cuenta de los peligros existentes… Por ejemplo, aquella historia con Yuri Shevchuk en la reunión de beneficencia en la que participó. Ahora todos hablan precisamente de la reunión con Yuri Shevchuk.
- Bueno, ¿Y qué? Me dijeron que es un cantante. Pues me alegro mucho.

- ¿Es por eso que usted le pidió que se presentara? ¿Acasonosabíaqueerauncantante?
- ¡Pero yo no sabía cómo se llama! ¿Acaso no lo entiende?  

- ¿Usted vivió en San Petersburgo y no sabía quién era Shevchuk? ¡Nopuedeser!  
- ¡Sí puede! En San Petersburgo tenemos bastante gente talentosa. Entre ellos figura también el señor Shevchuk. Después me comentaron que él es de la oposición. ¡Muy bien! Gracias a Dios tenemos gente con derecho de expresar lo que quieren decir y lo hace. ¡Yo ni quería entrar en polémica con él!  

- Pero tuvo que hablar con él, además sobre temas de importancia.  
- No tengo derecho de juzgar aquella conversación.  

- Peroyosí. Fueunabuenaconversación. Éldijotodo, aligualqueusted. Ynohubodamnificados. 
- Pues muy bien… ¡me invitaron para un concierto benéfico! Fue organizado para recaudar dinero para niños enfermos de leucemia. Y solo cinco en minutos me enteré de que allí hubo gente deseosa de entrar en discusiones políticas, digamos, de incitarme…  
Pero creo no que haya ocurrido un evento histórico. Creo que es una cosa normal. Después me hicieron muchas preguntas y se consideró que eran preguntas agudas, ¡pero no contenían ninguna agudeza! Hasta ahora no creo que fueran preguntas agudas.  Me refiero a si van o no van a disolver las manifestaciones.

- ¿De los opositores?
- Sí. Todos nuestros opositores abogan por un Estado de derecho. ¿Qué es un Estado de derecho? Es un Estado donde se respeta la legislación vigente. ¿Qué dice la legislación vigente sobre las manifestaciones? Dice que primero se debe recibir una autorización de las autoridades locales. Una vez recibida, ¡vayan a demostrar! Si no, no tendrán derecho. Si manifiestan sin una autorización previa, ¡reciban un garrotazo en la cabeza! Así de simple.  
 

- Noestansimple. ¿Fuetodolegal? Han cerrado para a obras la plaza Triunfalnaya, pero tampoco existe permiso documentado para su reconstrucción.  
- Escúcheme. Créame: ¡no lo sabía! ¡Le digo con total sinceridad y le doy mi palabra de honor! No conocía a Shevchuk y tampoco sabía que se reunían en la plaza Triunfalnay, digamos, periódicamente. Sí me informaban a veces que hubo pronunciamientos en la plaza Triunfalnaya y que fueron dispersados. Yo preguntaba por qué motivo fueron dispersados y me contestaban que tenían autorización para hacerlo en cierto lugar, pero se dirigieron a otro. Y ahora quisiera preguntar: ¿por qué se dirigieron al otro lugar? Hasta ahora no lo puedo entender. Si lo hubiesen solicitado, habrían obtenido el permiso. Quieren decir algo, ¿correcto? Criticar a las autoridades. En Londres por ejemplo, tienen un lugar asignado para ello. Si se va a un lugar no autorizado, se reciben golpazos en la cabeza. “¿No lo tienes permitido? Reciba, que lo tenías avisado.” ¡Y nadie se enfada! Si el objetivo es decir algo, hay que hacerlo de otro modo. Por ejemplo, invitar a Alexey Kolesnikov…. ¿cuál es su patronímico?  
 

- Ivanovich, por supuesto.

- Llamaron a prensa del oriente del oriente, del occidente, rusa, las reunieron todas, sacaron una bandera, con huesos y calaveras, no sé, y dijeron que “a Uds., gobierno, los vimos allí”, y nombraron el lugar, y “mientras que no recibamos lo que queremos, los vamos a criticar”. ¿Qué tiene de bueno el mundo moderno? Se puede decir lo que sea detrás de un baño público, y si allí hay cámaras, ¡lo sabrá todo el mundo! Declararon y ceremoniosamente, zapateando con las pezuñas, se fueron hacia el mar!
¡Pero el objetivo era otro! Era el de desatender la legislación vigente, decir que quieren un Estado de derecho para otros, y no para ellos mismos, puesto que según ellos tienen derecho para todo… así van a provocar que les den un garrotazo en la cabeza… Y decir, echándose encima una pintura roja, que el poder antipopular se porta de modo inadmisible y pisotea los derechos humanos. Si el objetivo es armar una provocación, siempre truinfarán en ello. Pero si el objetivo es hacer llegar algo a la comunidad mundial y rusa, no tendrá sentido provocar a las autoridades y violar la ley. 
Le digo una cosa para cerrar el tema. Ya estoy entendiendo a qué va usted. Si el objetivo es hacer que las autoridades hagan concesiones, y si las autoridades las hacen, habrá otro pretexto para las provocaciones, así de simple. Y esto continuará infinitamente.

- Pero hay una persona con la que usted sí quisiera hablar, en el “campo legal”, y sin provocaciones.  
- ¿Quién será?  

- Dmitri Anatolievich Medvédev.
- ¡Ah! No fue así.  

- ¿Cómo que no? Usted dijo que se sentarían juntos para acordar y decidir. Y muchos pensaron que se trataba de decidir quién será el presidente. Creo que usted tuvo en cuenta la promoción del próximo mandato presidencial. ¿Esasí? 

- ¡Pero es una habitual práctica mundial! Un saliente presidente norteamericano también suele promover a su sucesor. Y es algo muy normal que un gobernante saliente promueva a alguien en el país para que le suceda, porque le conoce como a un señor digno, profesional, como a una persona que hace el trabajo eficazmente.

- Sí, pero después inicia una real lucha política y el promovido pierde.
- Pierde. Como perdió Al Gore. ¿Pero qué se va a hacer? Como después perdió el candidato propuesto por Bush. ¿Y qué? Así es la vida. Un presidente presentó al Estado un candidato, pero el Estado no lo aprobó. En este caso, se trabajará en otra persona, que después promoverá a su vicepresidente. Es una práctica habitual. ¿O será algo extraordinario? No lo entiendo. ¿Será posible sólo en otros países y en Rusia le parece anormal?   

- Porque en otros países, una vez promovida una candidatura, se inicia una real lucha política. Pero en el caso de Rusia, si una persona promueve a otra, la otra seguramente será presidente, por lo cual no interesa mucho a quién promoverá como presidente Dmitri Medvédev. Posiblementeamismo. Posiblementeausted. Y cuando usted dice que se reunirán para llegar a un acuerdo, nos añadirá una intriga por como seis meses más.   

- ¡Eso no añadirá nada! Si yo no lo hubiera dicho, usted habría inventado otra cosa. ¡Sigamos!
 

- Según los datos de todos los servicios sociológicos, su índice de popularidad y el del presidente descendieron. ¿Se siente esta caída?

- No.

- ¿Puede ser que no le dirijan el saludo o lo llamen más raramente?

- ¡No! No sigo atentamente los índices de popularidad, pero veo que fluctúan. Vivimos en una situación de crisis, muchos experimentan tiempos difíciles, les entiendo. Hacemos mucho, pero no todos lo comprenden. Puedo decir a las personas que hacemos tales y cuales cosas, pero no me creerán. Si no lo entienden, significa que yo hago mal mi trabajo. ¿Qué se puede decir? Solo una cosa: que tienen razón, las personas.

- A veces parece que no se puede hacer nada con el país. Que cualquier proyecto global va a frustrarse en tal o cual nivel porque no tendrá interés para los funcionarios. ¿Tiene Ud. tales sentimientos? El sentimiento de debilidad o desesperanza?

- Francamente, yo me baso en la importancia. Si considero que tal o cual problema es de alta prioridad, dejo de pensar sobre los costos políticos o administrativos durante el proceso de solución. Yo no pienso en las consecuencias personales: “van a decir que comenzó y no pudo resolver”, etc. Si veo que es necesario para el país, empiezo a movilizarme. Es honesto. Así son las cosas en realidad. Hay problemas que se resuelven durante décadas. Por ejemplo, la vivienda: es más fácil decir que el problema persiste, y olvidarlo. Todos están acostumbrados a tales cosas: refunfuñan silenciosamente. A pesar de que siempre se puede contestar que no hay dinero, nosotros pensamos en el incremento de los salarios. Hemos abastecido a los veteranos de vivienda. Ahora proveeremos a los militares. Parecía imposible. Pero vamos a hacerlo, llevarlo a término.

Ahora tengo una convicción firme y voy a formularla. Cuanto más se inquieta la figura política por su índice de popularidad, más rápido la pierde. Porque la persona comienza a depender de sus fobias y pasa el tiempo pensando en la influencia de sus acciones sobre su popularidad. Cesa de actuar conforme a los intereses del asunto y afecta los resultados. Y la gente va a sentirlo de una sola vez. La gente tiene olfato.

- ¿En otras palabras, Ud. no tiene una adicción al índice de popularidad?

- Ni narcótica, ni política.

- Ud. ha dicho que después de la muerte de Mahatma Gandhi (un abogado, pensador y político indio) no hay nadie con quien más hablar. ¿Fue una broma?

- Ciertamente, una broma. La inventé de paso para deshacerse de un periodista pesado -alemán, me parece.

- ¿Es decir que Ud. tiene alguien con quien hablar, alguien que lo aconseje?

- Sigo aconsejado por vosotros. Cuando visitamos Kamchatka, yo dije que según los datos de la prensa local se observa un brusco salto de precios en el petróleo. El gobernador de Kamchatka dijo que no era posible. Pedí que se verifique todo. Él verificó: resultó que era así. Ahora los precios bajaron.

- ¿Qué piensa Ud. de los periodistas? ¿Son el mal inminente o quienes continúan escribiendo sobre Ud.?

- Hay diferentes periodistas. Si tenemos en cuenta que el periodismo político es siempre opositor, lo recibimos como un dolor. Aunque no es un placer, el organismo lo necesita.

 - En este caso voy a provocar otro más. En el libro “En primera persona”, Ud. cuenta la historia de su juventud sobre la rata dejada pegada a la pared…

- Si… después la rata me perseguía. A duras penas me escapé.

- Y entonces, ¿por qué ha arrinconado a Mijaíl Jodorkovski?

- No le he arrinconado. Él recibió un castigo merecido. Cuando salga de la prisión, será una persona libre.

- ¿Y Ud. está al tanto del segundo proceso?”

- ¿El segundo proceso? Cuando me enteré del segundo proceso, me sorprendí mucho. Pregunté sobre qué proceso era, puesto que él ya está cumpliendo su condena. ¿Qué tipo de segundo proceso? Pero, como ya se realiza la segunda etapa, significa que para eso hay una necesidad desde el punto de vista de la ley. ¡No soy la persona que lleva el caso!

 - Tengo la sensación de que los problemas relacionados con el año 2012 no existen para Ud. ¿Es porque ya decidió todo para Ud. mismo?

- No, me interesa,  igual que todos los demás problemas, pero en realidad más que todos los otros. Pero no hago de esto un fetiche. En general, nuestro país se desarrolla de forma estable, no veo más problemas; bueno, por supuesto, la crisis nos detuvo un poquito, pero por otro lado, nos ayudó a concentrarnos en las prioridades. Lo más importante es que esos problemas del año 2012 no nos desvíen de este camino del desarrollo estable. Pero, está claro que en esos momentos aparece la lucha política que distraen a la sociedad y al estado de la economía; pero, es la cuota que hay que cancelar para que la sociedad y el Estado sigan siendo solventes”.

- En Múnich, Ud. pronunció aquel discurso famoso. Dígame, ¿Ud. es actual hoy en día?

- Pienso, que fue útil. Porque estaba diciendo la verdad. ¡Ya dije la verdad!

-  Pero de todas formas lo hizo después de un tiempo. Pasó más de un año hasta que Ud. reconociera esa verdad.

- Acaba de decir una cosa correcta: solamente no podía reconocer toda su profundidad. No era porque no me decidía a pronunciarla. O pensaba que no era tiempo para eso. Pero, en realidad, todo es fácil, igual que en la vida cotidiana. Nos dicen una cosa, pero hacen una cosa absolutamente diferente. Además, en todo el sentido de la palabra, ¡nos estafaron! A lo largo del proceso de retiro de las tropas de Europa del Este, el secretario general de la OTAN nos dijo que la URSS en cualquier caso tenía que estar segura de que la OTAN no iba a ampliarse más allá de las fronteras existentes en aquellos momentos. ‘¿Y dónde está todo eso?’, les pregunté. Pero ellos no tenían respuesta. Engañaron de la forma más primitiva. Por cierto, lamentablemente tengo que constatarlo, y sin menor incomodidad ahora voy a decir una cosa: dentro de una política tan grande, muchas veces figuran elementos como trampas (como mínimo), y nosotros nos vemos obligados a tenerlo en cuenta.

Decirlo, fue la cosa correcta. Todo el mundo vivía en silencio: algunos se daba cuenta, algunos no tanto.

Por ejemplo, ahora detuvieron a uno de nuestros ciudadanos por su supuesta relación con el narcotráfico, lo llevaron a los EE. UU. Su abogado estadounidense, durante la audiencia, formuló el problema de forma muy precisa: a un ciudadano ruso en un país africano le acusan de contrabando o tráfico de drogas. ¿Qué tienen que ver aquí los intereses de los EE. UU.? ¡Nadie puede decirlo de forma más o menos clara! Ellos de forma secreta llevaron a un ciudadano de otro Estado al territorio de su país. ¿¡Cómo puede ser posible!?.

En ese sentido, lo que dije en Múnich sigue siendo actual hasta hoy en día.

- Se me ocurre una pregunta: ¿Ud. no cree en el reinicio de las relaciones?

- Hmm, sabe, tengo muchas ganas de creer en el. Además, yo lo quiero tener. Veo muy claramente las intenciones de la administración actual estadounidense de mejorar las relaciones con la Federación Rusa. Pero, hay otras cosas. Por ejemplo, se realizó el rearme de Georgia. ¿Para qué? Pero si es obvio, lo podemos ver. Si no se hubiera realizado el rearme de Georgia hace dos años no hubiera habido ni agresión ni la sangre que se derramó. Y a propósito, a nuestros socios les hablaban sobre eso, también nuestros amigos europeos. Y todo el mundo prefirió guardar silencio. ¿Y qué desenlace tuvimos? Provocaron la guerra. Y ahora siguen realizando el rearme.

En muchas ocasiones se hablaba sobre nuestra actitud hacia la Defensa Antimisil en Europa. Parecía que nos pusimos de acuerdo con que en Polonia no hubiera antimisiles y en la República Checa no tenían solucionado el problema con los radares. ¡Perfecto! Y casi en seguida anunciaron que en otros países europeos se planeaba hacer lo mismo. ¿Y dónde está ese reinicio? Así que no lo vemos en esta parte.

Tengo la sensación de que Obama lo quiere sinceramente. No sé qué es lo que puede y lo que no; quiero ver si lo logrará hacer o no. Pero lo quiere hacer. Incluso mi intuición dice que es su posición sincera.

-Historia de un presidente más. Parece que Ud. terminó todas las relaciones con Lukashenko como presidente teniendo en cuenta la muy fuerte campaña informativa que se desarrolló contra él.

- No lo vi. Pero me contaron.

- ’Krestni Batka3’ (Padrino3), por ejemplo.

-  No lo vi.

- ¿Verdad? En este caso, véalo. Es una película fuerte, gran parte de la población del país, ahora tiene una actitud con prejuicios hacia Lukashenko (para decirlo de forma suave). Y en este caso, la televisión es, igual que antes, un recurso potente de propaganda. En su opinión, después de que Lukashenko dijera cosas sobre Ud., personalmente, se sintió afectado en nivel humano.

-¡Sinceramente ni me acuerdo qué es lo que decía! Él intentaba provocarme, pero no lo logró. No tuve ningún disgusto relacionado con eso. Ni me acuerdo lo que dijo.

Entonces, el primer ministro frenó bruscamente tras ver en la carretera a un grupo de personas. En esa carretera en poco habitual ver gente, así que parece que la pierna, por su propia cuenta, apretó el freno.

Creo que, durante toda la conversación, no tuvo deseo de apretar el freno ni una sola vez.

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