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Un recuerdo que sigue vivo 6 años después de la tragedia

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Ayer, 3 de septiembre, dentro de las jornadas de solidaridad en la lucha contra el terrorismo, toda Rusia rindió homenaje a las víctimas del cruel asalto a la escuela de Beslán en 2004, que se cobró la vida de 334 personas, entre ellas 186 niños. Seis años después de la masacre de Beslán, el

Ayer, 3 de septiembre, dentro de las jornadas de solidaridad en la lucha contra el terrorismo, toda Rusia rindió homenaje a las víctimas del cruel asalto a la escuela de Beslán en 2004, que se cobró la vida de 334 personas, entre ellas 186 niños.

Seis años después de la masacre de Beslán, el recuerdo de las víctimas del terrorismo permanece intacto. Los más de 330 muertos, en su mayoría niños, dejaron un vacío imposible de llenar. Las familias de quienes fallecieron se aferran a cada cosa que les recuerda a ese ser querido que se llevó el odio terrorista. Las historias de dolor y de recuerdo de aquellos días son muchas. RT ha podido conversar con algunos de los familiares de las víctimas del terrorismo.

Murió tiroteado, pero no abandonó a sus alumnos


El padre de Konstantín Kanidi era profesor de la escuela de Beslán. Como cada comienzo de año escolar, se encontraba junto a los niños cuando ocurrió la tragedia. Fue una de las víctimas asesinadas por los terroristas. Hoy su hijo ha hecho algo en memoria de su padre: ha construido un recinto deportivo reemplazando el gimnasio que fue destruido durante la masacre. Ahora es un lugar que puede ser usado por todos los niños de Beslán.

"Fue una idea impulsada por el Gobierno de Grecia, en las negociaciones con el Gobierno de Osetia del Norte decidieron destinar los recursos necesarios para la construcción de un fondo de beneficencia, acordaron construir una escuela deportiva y darle el nombre de mi padre", cuenta Konstantín. El hijo está seguro de que es un justo homenaje a la memoria de su padre.

"Durante los tres días de cautiverio él permaneció con sus alumnos, a pesar de que los terroristas en varias ocasiones le dijeron: 'Viejo, vete a casa. Nosotros no luchamos con ancianos'. Mi padre les contestó que no saldría del colegio sin los niños. Los sobrevivientes recuerdan que él intentó apaciguar los ánimos entre los rehenes y los terroristas. Él murió tiroteado, pero no abandonó a sus alumnos, defendiéndolos hasta el último momento".

Éramos ocho, quedamos dos

Los alumnos de Beslán hoy en día son estudiantes universitarios. Ahora su vida no difiere mucho de la vida que tienen los jóvenes de la misma edad. Sólo que la memoria siempre les devuelve a aquellos días, y cada vez que toman una decisión clave lo hacen teniendo en cuenta la experiencia que vivieron. Hablan tranquilamente y con una sabiduría que puede asustar, estos jóvenes con tan solo 20 años parecen tremendamente experimentados.

Azamat Totíyev, estudiante de la Universidad Metalúrgica del Cáucaso del Norte, está a dos pasos de cumplir el sueño de su vida: convertirse en ingeniero constructor. Hace seis años Azamat sufrió esos tres días de infierno en el gimnasio escolar, sin agua y comida, y luego le tocó sobrevivir a lo peor, la muerte de su hermano y hermanas.

"De mi familia en la escuela había ocho personas, primos y hermanos. Dos hermanas mías, cuatro primas y un primo. Sobrevivimos sólo dos personas: mi prima y yo, los otros fallecieron", cuenta.

No le gustó su delantal y no fue al colegio

Kazbek Tsolóyev también estuvo allí, pero su historia tiene un final más feliz. Él fue el único de su familia a quien capturaron. Y tuvo la suerte de sobrevivir, al igual que su hermana mayor, que se negó a ir a la escuela por un capricho infantil que le salvó la vida.

"Mi hermana no fue al colegio por el delantal, no le gustaba y no se lo quería poner. No fue a la escuela ya que no se permitía ir sin el delantal. La regla era muy estricta: los muchachos tenían que ir vestidos con traje y las niñas llevar puestos sus delantales blancos", recuerda Kazbek.

Esta prenda del uniforme escolar se ha guardado en la familia de Kazbek como una reliquia.

Como si hubiera pasado ayer

Después de seis años, los ex rehenes recuerdan todo lo que ocurrió en aquellos días como si hubiera pasado ayer mismo. Aquellos acontecimientos vuelven cada vez que tratan de olvidarlo.

"Cuando intentas no pensar recuerdas sin querer aquellos momentos, cómo fue todo. Incluso ahora, que tengo que prepararme para empezar la facultad, comprar los cuadernos, de repente recuerdo que hace seis años estaba haciendo lo mismo, preparándome para el colegio. Cuando se acercan estos días de septiembre, lo quieras o no, piensas cada vez más en lo que pasó", dice Azamat.

Lea el diario de la masacre de Beslán escrito por una testigo de los acontecimientos

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