Un depósito de explosivos, reservado para el fin del ayuno
En uno de los paradores de Majachkalá, capital de la República de Daguestán, dos oriundos del Cáucaso convirtieron su habitación en un depósito de explosivos. Los artefactos habían sido preparados para la fiesta musulmana de fin de ayuno. Un pequeño estallido descubrió sus malas intenciones, luego de que comenzó un incendio y ellos se dieron a la fuga.
Cuando los bomberos apagaron las llamas y la policía local pudo penetrar en la habitación, halló en ésta varias granadas, artefactos en construcción y tres bombas bien preparadas para estallar. Pese a los intentos de neutralizarlas, una de ellas explotó y damnificó fuertemente el edificio, sin que se produjera alguna víctima entre los empleados o los civiles. El estallido fue evaluado por los expertos como equivalente a 3 kilos de TNT.
Por lo visto, los dos terroristas que alquilaron la habitación preparaban una serie de atentados, si bien los detalles de su plan quedaron sin saberse. Ellos habían emprendido el intento de interceptar un taxi, pero el conductor pudo apagar el motor y saltar del carro, y los dos atacantes se retiraron a pie.
El régimen especial de alerta impuesto en la ciudad no impidió que, en las subsiguientes horas de la noche, un grupo desconocido de delincuentes atacara al jefe de una penitenciaría, el coronel Omar Mugádov. Los desconocidos se avalanzaron contra su coche y lo asesinaron, mientras que su mujer recibió una herida en el hombro.
Otro escondrijo con explosivos fue detectado el jueves por la tarde, cerca del pueblo Nuradílovo, en la misma República. El que los preparó supuestamente intentaba estallar al día siguiente el monumento al héroe de la Unión Soviética cuyo nombre lleva la localidad, junto con la gente que estuviera alrededor festejando en la plaza la jornada del calendario musulmán.
El presunto maleante fue detenido gracias al descubrimiento de huellas frescas. En estos minutos el oriundo de la propia localidad está siendo interrogado sobre las causas que le impulsaron a frustrar la fiesta de sus hermanos de religión y organizar la matanza masiva de los vecinos de su pueblo natal.