Méritos y faltas de la reforma de las fuerzas del orden rusas

Para cualquier sociedad democrática la confianza en el funcionamiento de las instituciones que componen el Estado resulta esencial. Éste es uno de los motivos por el cual el presidente ruso, Dmitri Medvédev, impulsa una reforma de las fuerzas del orden público. El presidente propuso someter la ley

Para cualquier sociedad democrática la confianza en el funcionamiento de las instituciones que componen el Estado resulta esencial. Éste es uno de los motivos por el cual el presidente ruso, Dmitri Medvédev, impulsa una reforma de las fuerzas del orden público. El presidente propuso someter la ley a la polémica en el pasado mes de agosto y toda la sociedad tomó parte en el debate abierto, discutiendo los 'pro' y los 'contra' del nuevo proyecto. Esto provocó un amplio debate en la red. En la página web donde se discutía la nueva norma, los usarios dejaron más de 20 mil comentarios.

Mientras tanto, este martes tuvo lugar un encuentro donde funcionarios y autoridades se reunieron con el mandatario para participar en una mesa redonda dedicada al tema.

La renovación supone no solo profundos cambios en la actividad de la 'Militsiya', sino también en el nombre: pasará a llamarse 'Policía', como antes de la revolución socialista de octubre.

Muchos rusos sienten escepticismo en lo que se refiere a la actividad de las fuerzas del orden, especialmente después del caso de Denis Yevsiukov, quien irrumpió ebrio en un supermercado, asesinando a dos personas e hiriendo a otras siete. Sin embargo, muchos creen que la reforma de hecho debe ser más radical, para que de veras cambie la situación.

En la militsiya misma entienden que ya llegó la hora de poner en marcha una renovación.

Vladímir Noskov sirvió en el cuerpo de policía por más de treinta años y conoció desde adentro todos los problemas que se enfrentan día a día. Dice que los policías no son entrenados profesionalmente y que los funcionarios que sirven regularmente y en las unidades locales no tienen una preparación que les permita hacer frente a bandas criminales bien organizadas. La capacitación del cuerpo es una pura formalidad que se reduce a papeleo en forma de informes y otras publicaciones”.

Para que la reforma dé resultado también hay que tener en cuenta el factor financiero. Noskov reconoce que es difícil mantener la corrupción a raya si, en promedio, los salarios de los uniformados no superan los 400 dólares estadounidenses. Por eso cree que cualquier intento de renovación fracasará, si no se considera una mejora sustantiva en los ingresos de los policías.

“Un policía apenas puede sobrevivir con este sueldo. Solíamos tener transporte público gratuito y otros descuentos, pero fuimos despojados de estos privilegios recientemente. Además, los superiores pueden cortar cualquier pago extra, incluso los bonos”, se quejó el ex policía.

Muchos comparten la opinión de Vladímir, insistiendo en que la renovación tiene sentido sólo en el caso de que toda la actual Militsiya esté involucrada en el proceso.

La reforma que se plantea es mucho más que cambiar el nombre del cuerpo policíaco. La idea es eliminar las malas prácticas que afectan la confianza que tienen los ciudadanos en la actual fuerza.

El proyecto de ley de reforma de la militsiya fue publicado en Internet para que los ciudadanos hicieran cualquier tipo de observaciones. Muchos ya han considerado necesario plasmar sus ideas sobre la posible renovación. Si el parlamento aprueba el documento, en 2011 Rusia tendría una nueva policía.