Caracas rechazó al embajador y pidió cooperación de EE. UU.
El Gobierno bolivariano de Venezuela presentó una nota diplomática al Departamento de Estado de EE. UU. como su último argumento en el rechazo del embajador Larry Palmer, designado para este país latinoamericano. Otra nota pide la colaboración de las autoridades estadounidenses en la captura y extradición de un reo venezolano que huyó del suelo nacional a territorio norteamericano, aprovechando un permiso carcelario.
La coincidencia de los dos documentos es casual. No obstante, demuestra la predisposición de Caracas al diálogo y la colaboración, y no al conflicto con la Administración de Barack Obama. El tono de la primera nota es explicativo más bien que acusatorio.
Conforme a lo señalado por el presidente Hugo Chávez el pasado viernes en una reunión prevista en la capital venezolana, el texto reitera que Venezuela se vio obligada a rechazar el envío de Palmer a causa de sus declaraciones en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense. Su Gobierno está abierto a que Estados Unidos “envíe otro candidato a ser considerado por Venezuela”.
El embajador venezolano en Washington, Bernardo Álvarez, señaló el lunes en un desayuno ante la prensa que en especial fueron criticados en la nota las palabras de Palmer de que la moral de los militares en Venezuela era “considerablemente baja, particularmente debido a designaciones orientadas por lo político”. Según el embajador, Palmer habló de un sector “extremadamente sensible” de la sociedad venezolana, y era una declaración que en ningún país podría considerarse como amistosa.
Debido a críticas e insinuaciones con referencia a varios aspectos de asuntos interiores del país al que fue designado “es imposible aceptar —opinaron en Caracas— al señor Palmer como embajador”. Álvarez repitió además el resumen del mandatario bolivariano sobre el caso, de acuerdo con las que “él mismo se descalificó con sus declaraciones”.
Por la otra parte, Venezuela pidió al Departamento de Estado que cooperen en el expediente del convicto Raúl Díaz quien se fugó a Estados Unidos aprovechando el régimen especial de condena establecido para él por la justicia nacional.
Fue sentenciado a 9 años de cárcel por su participación en los atentados contra la Embajada de España y el Consulado de Colombia en Caracas en 2003, que dejó heridas a cuatro personas. Sin embargo, un juez le concedió el beneficio penitenciario de únicamente pernoctar en prisión. Díaz lo aprovechó para viajar a la isla caribeña de Trinidad, desde donde penetró al territorio de EE. UU. y ahora el terrorista pide asilo político en Miami.
Álvarez aseguró que en Caracas estaban recopilando toda la información necesaria y los documentos para pedir la extradición del prófugo.