Obama se enfrenta al descontento de la opinión pública

Se llamaba 'Investing In America' (Invertir en América), una conversación televisiva en vivo entre el presidente de Estados Unidos Barack Obama y un numeroso grupo de trabajadores, estudiantes, empresarios sobre la situación económica que vive actualmente el país. Pero más que eso, tenía gran semejanza con una sesión de terapia colectiva para los desilusionados partidarios de Obama.

Pregunta tras pregunta en una sesión de una hora que tuvo lugar este lunes, 20 de septiembre, en el Newseum y posteriormente mostrada por el CNBC. El mandatario tuvo que enfrentarse a las personas que, pese a emitir criterios muy variados y a veces dispares, coincidieron en un sólo punto: "habíamos esperado más de Usted, señor presidente".

Mientras los representantes de la clase media se interesaban si el ‘sueño americano’ no era todavía “una utopía” para ellos, los de Wall Street (corazón financiero de EE. UU.) se quejaban de que el presidente les trataba como "piñatas, que se puede romper con un palo” (según las palabras de un compañero universitario de Obama y que ahora encabeza un fondo de inversión).

“Estoy harta de defenderle, harta de defender su Administración y todos los cambios por los que he votado”, comentó una de las participantes, una mujer afro-americana que se identificó como directiva financiera, madre y veterana militante. “Me dijeron que votaría por un hombre que iba a cambiar las cosas de una manera significativa para la clase media, y lo estoy esperando aún, señor presidente, lo estoy esperando. Y todavía no lo siento”.

Una graduada de la facultad de derecho de 30 años, Ted Brassfield, confesó al dirigente que esperaba hacer una carrera en el servicio público, al igual que el propio Obama, pero ni siquiera podía pagar los intereses por su préstamo estudiantil, y menos casarse y formar una familia. “Me sentía muy inspirada por Usted y su campaña y el mensaje que transmitía, pero esa inspiración se está desvaneciendo. Lo que quiero saber es: ¿está perdido el sueño americano para mí?"

El tono extraordinariamente personal de la conversación, acompañada de preguntas que iban 'al grano' de la política estadounidense, formuladas por el anfitrión, John Harwood de la CNBC y The New York Times, refleja la erosión del masivo apoyo electoral gracias al cual Obama llegó a la cúspide del poder hace casi dos años.

Mientras que el mandatario lleva a su partido a unas elecciones que los analistas pronostican como devastadoras para los demócratas, el presidente se enfrenta a un escepticismo abrumador de sus ciudadanos sobre la gestión económica. Una reciente encuesta de New York Times demostró que el 57% de los encuestados considera que el jefe de la Casa Blanca no tenía un plan claro para ‘curar’ el mal estado de la economía estadounidense.

Obama dio a entender que estaba dispuesto a considerar un día libre de “la nómina de vacación fiscal” para incentivar el crecimiento del empleo y dijo que estaría dispuesto a “considerar cualquier idea de las que hay ahí fuera”. Mientras tanto el mandatario destacó que “algunas ideas que se ven bien en el papel resultan mucho más complicadas de realizar de lo que parecía al principio”. También respondió sobre el posible ascenso del líder republicano en el Parlamento: “Creo que es prematuro decir que John Boehner llegue a ser presidente de la Cámara”, dijo muy seguro de sí mismo en toda la sesión, pese a las múltiples muestras de descontento y escepticismo por parte del público.

“Mi objetivo aquí no es procurar convencerles de que todo anda bien y que todo está en su sitio. Pero lo que quiero decir es que nos movemos en dirección correcta”.