En el Perú ha aumentado siete veces la cantidad de víctimas por mordedura de murciélagos sudamericanos.
El Ministerio de Sanidad envió equipos de emergencia a la comunidad de Urakusa, en el nordeste del Amazonas peruano, cerca de la frontera con Ecuador, para combatir el brote de rabia que se propaga rápidamente a causa de las mordeduras de esos mamíferos voladores. Ya se han registrado alrededor de 3.500 casos.
A mediados de agosto de 2010 los habitantes de la región ya se habían dirigido a las autoridades solicitando con urgencia ayuda médica. En aquel entonces los jefes de las tribus autóctonas -awajún y wampis- hablaban de 500 personas mordidas. Los aborígenes afirmaban que algunos de los indios atacados por vampiros, incluidos 4 niños, fallecieron por la infección contagiada.
Debido a la gravedad de la situación varias brigadas sanitarias fueron enviadas a aquellas zonas amazónicas de difícil acceso. En el último mes los facultativos pudieron vacunar a más de 900 personas, mientras que muchos indios se negaron debido a sus supersticiones de índole religioso.
A pesar de los esfuerzos abnegados de los especialistas, la cantidad de personas contagiadas ha aumentado drásticamente alcanzando la cifra de 3.500. La rabia, provocada por el virus que transmiten los murciélagos, ya se ha llevado las vidas de 20 personas, 5 de las cuales son niños. Los representantes del Ministerio de Sanidad del Perú avisaron que la cantidad de víctimas podría aumentar, si no se toman medidas urgentes.
Los especialistas consideran que una de las razones de la inesperadamente crecida de agresividad entre los murciélagos se debe a las anomalías climatológicas, ya que las temperaturas registradas últimamente son muy bajas para la época primaveral del año. Otro factor que presuntamente podría influir en el incremento de la virulencia de esos mamíferos nocturnos es la tala indiscriminada de los bosques tropicales, por lo que los animales son privados de condiciones de existencia y fuentes de alimentación habituales.
Los murciélagos se alimentan de sangre de ganado o de animales salvajes a los que muerden de noche cuando están dormidos, aunque en ocasiones cuando escasea la comida pueden ponerse furiosos y es cuando llegan a atacar a los seres humanos. El virus de la rabia causa inflamación aguda en el cerebro y puede ser mortal, si no se trata oportunamente con sueros o fármacos antiinflamatorios.