El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, abandonó el ayuntamiento después de que Dmitri Medvédev lo destituyera de su cargo de varios años "por pérdida de confianza". A pesar de las numerosas críticas que el ex alcalde recibió durante su gestión, muchos reconocen los logros que consiguió para la ciudad. Nuestro corresponsal Pablo Mura profundiza en los detalles de esta destitución.
Moscú ha sido decapitada. El martes, los medios rusos amanecieron con esta flamante noticia. El alcalde capitalino Yuri Luzhkov, que ocupó su puesto durante 18 años, fue despedido "por falta de confianza" según reza la orden del presidente ruso. La secretaria de prensa del presidente destacó que el alcalde había tenido dos opciones: irse por su propia voluntad o ser despedido. Tras una semana de vacaciones, la máxima autoridad de la capital rechazó irse voluntariamente y el presidente lo destituyó.
“Como presidente de la Federación de Rusia he perdido mi confianza en el señor Luzhkov como alcalde de Moscú, y una ley vigente aprobada hace unos años considera la pérdida de confianza como una razón para destituir a un funcionario de su cargo. Es difícil imaginar una situación en la que el presidente y un gobernador puedan trabajar correctamente si el presidente no tiene confianza hacia el jefe de una región. Esto es justamente lo que ocurrió. Ha sido la primera vez pero no excluyó la posibilidad de que pueda volver a ocurrir”, declaró Medvédev.
Luzhkov ingresó a su cargo en 1992. Luego fue reelegido en varias ocasiones. Su último mandato empezó en julio del 2007 y terminó con su actual destitución. Durante su gestión la ciudad alcanzó un gran nivel de desarrollo patente en obras como, por ejemplo, la reconstrucción total de la principal carretera circular de la capital, una arteria indispensable para aliviar el tráfico de la ciudad. Además, tiene el apoyo de la mayoría de los jubilados gracias a sus efectivas políticas sociales. Por eso, muchos reconocen sus méritos.
“Luzhkov ha hecho mucho por Moscú, no se puede negar su contribución para el desarrollo de la ciudad. Sin embargo, sólo lo logró durante los primeros años de su gobernación como alcalde. En los últimos años y meses, causaba problemas en vez de encontrar soluciones”, consideró el jefe del Comité para Relaciones Internacionales de la Cámara baja del Parlamento ruso, Konstantín Kosachev.
Los opositores del alcalde lo criticaban por no haber resuelto problemas con el tráfico de coches y por derrumbar edificios antiguos en el viejo casco de la ciudad.
También fue criticada su ineficiencia frente a los incendios forestales que este verano crearon una densa capa de humo en la capital. Recientemente, en los rotativos han sido publicados materiales escandalosos en los que a Luzhkov se le acusaba de corrupción en el ámbito de la construcción.
“Yo diría que Luzhkov era uno de los pocos gobernadores que además era político. Eran pocos en el país, apenas seis o siete. Todos ellos fueron destituidos por el presidente de Rusia. Son los dirigentes de diferentes repúblicas. En todos esos casos, la gente predecía que la economía local colapsaría y nada de eso ocurrió. Evidentemente, la administración federal se siente bastante segura para destituir a Luzhkov”, opinó el analista político Dmitri Babich.
Los rusos no son unánimes al evaluar el mandato del alcalde Yuri Luzhkov. Una tercera parte de los que participaron en el sondeo consideran al funcionario despedido como “un gobernador ejemplar”. Pero, aproximadamente el mismo número de personas cree que Luzhkov no ha cumplido con sus deberes y no ha resuelto los problemas de una de las urbes más grandes del mundo.
Con el alcalde de Moscú se va todo su equipo. De momento, el gobierno de la capital rusa cumplirá sus obligaciones con una estipulación: de forma provisional.
El punto final en la historia estará puesto cuando se sepa el nombre del nuevo alcalde de Moscú. El presidente de la Federación Rusa presentará al Parlamento de Moscú la candidatura a la alcaldía de la capital para su aprobación en un futuro próximo.