La rebelión en Ecuador y la denuncia del presidente de ese país, Rafael Correa, de un intento de golpe de Estado ha provocado una amplia reacción de diversos gobiernos. Los presidentes de América Latina y del mundo se solidarizan con el presidente ecuatoriano y le muestran su firme apoyo.
El Gobierno de España condenó firmemente cualquier tentativa de ruptura de la legalidad constitucional en el país latinoamericano. "Ante las noticias de un intento de golpe de Estado en la República de Ecuador, el Gobierno de España quiere condenar firmemente cualquier ruptura de la legalidad constitucional", declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores español.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, expresó a su par ecuatoriano, Ricardo Patiño, "total apoyo y solidaridad" con el presidente Rafael Correa. Por su parte, el Gobierno de México también transmitió su apoyo al Ejecutivo de Correa y anunció que contribuirá a todos los esfuerzos emprendidos en la región para restablecer el orden interno en el país. En este sentido, lamentó que los hechos ocurridos este jueves "pueden afectar la vida institucional en ese país hermano".
La Administración de Nicaragua culpó "a los sectores más reaccionarios de Estados Unidos" de los acontecimientos ocurridos en Ecuador y condenó "el intento de golpe de Estado" en el país sudamericano. "Ante la situación que fuerzas derechistas ecuatorianas, alentadas por los sectores más reaccionarios de los Estados Unidos, han generado en ese país hermano, y ante la agresión y el irrespeto al compañero Rafael Correa, presidente de ese pueblo valiente y digno, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional denuncia este nuevo intento de golpe de Estado", se dice en el comunicado oficial de Nicaragua firmado por el presidente del país, Daniel Ortega.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, también se apresuró a condenar este jueves la "conspiración política generada en la hermana República de Ecuador" y que pretendía culminar en un "golpe de Estado" para derrocar al mandatario Rafael Correa. "Esta vergonzosa conspiración, alentada por políticos que no gozan del apoyo del pueblo, tiene la clara intención de culminar en un golpe de Estado que interrumpa el proceso revolucionario que vive el pueblo del Ecuador", denuncia La Paz, sin indicar los nombres de las posibles personas o partidos que estarían detrás de la revuelta desatada inicialmente por algunos sectores de la Policía.
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, pronunció en La Habana ante los corresponsales un mensaje del presidente Raúl Castro donde se declaraba el "enérgico" rechazo de Cuba al intento golpista de "la oligarquía y los grupos conspiradores" de Ecuador. "Intentos desestabilizadores como éste sólo buscan retrotraer a nuestra región a la época de los golpes de Estado, ahora bajo fórmulas distintas, pero en definitiva lo que se proponen es restaurar la dominación del imperialismo y las oligarquías", leyó el canciller.
Juan Manuel Santos, mandatario de Colombia, expresó su apoyo a la convocatoria urgente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), ante el intento de golpe de Estado en el vecino país, al igual que su homóloga argentina, Cristina Fernández, que dijo que este hecho sólo pone en "riesgo las instituciones democráticas".
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ya antes había manifestado en una rueda de prensa su esperanza de que las protestas no se trataran de un intento de golpe de Estado. "Dios quiera que no sea una situación de esas (intento de golpe). Recordemos que Ecuador es el país que más golpes de Estado llegó a tener en un momento determinado, pero hemos visto años de estabilidad y ojalá (las protestas) no obedezcan a una situación como estas", afirmó Chinchilla.
El vecino Perú cerró su frontera con el país y llamó al respaldo internacional al mandatario vecino. "En tanto el presidente Correa no tenga absolutamente asegurada la tranquilidad y la estabilidad democrática, nosotros no tenemos nada más que hacer ni comerciar con Ecuador", afirmó el presidente peruano, Alan García. Al mismo tiempo, el mandatario de Perú condenó el intento de golpe y transmitió su solidaridad a su colega vecino.
Este jueves el presidente ecuatoriano enfrentó personalmente un paro y la insubordinación de cientos de policías de diferentes partes del país. "Es inadmisible que los llamados a mantener el orden público lancen bombas a su presidente, a sus ministros, a los propios ciudadanos", concluyó el mandatario.
Correa declaró que se mantendría firme y declaró que si los rebeldes querían matarlo lo podrían hacer, pero "por la fuerza no lograrán nada del Gobierno", según las informaciones de los medios de comunicación de Quito.
A esta hora los ciudadanos de Ecuador y diversas organizaciones sociales se movilizan para respaldar y defender a su presidente, que se encuentra en un hospital de Quito.