El Gobierno de Estados Unidos se ha disculpado con Guatemala por sus experimentos entre los años 1946 y 1948 en los que cientos de personas del país latinoamericano fueron infectadas intencionalmente con sífilis y gonorrea, sin su conocimiento ni autorización. La secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, emitió un comunicado conjunto con la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, en el cual tildó de "antiético" el estudio estadounidense que se llevó a cabo en Guatemala durante el Gobierno de Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951).
"Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación", se dice en el comunicado.
El experimento
La información ha salido a la luz gracias a una investigación de la catedrática de la Universidad de Wellesley Susan Reverby. La investigadora ha revelado que los experimentos fueron apoyados por la Organización Panamericana de la Salud y por el gobierno guatemalteco y encabezados por el Servicio de Salud Pública de EE. UU. de la Administración de Harry S. Truman (1945-1953), cuando EE. UU. trataba de poner a prueba vacunas contra enfermedades venéreas e intentaba determinar si la penicilina podía no sólo curar, sino también prevenir la infección de sífilis.
Según el estudio de Reverby, fueron infectadas 696 personas, la mayoría de las cuales eran enfermos mentales o presos que no podían dar su consentimiento. Todos ellos fueron contagiados por prostitutas ya infectadas que, al parecer, estaban informadas con anticipación acerca de su 'misión'. Reverby no ha podido esclarecer si a los pacientes les ofrecieron tratamiento alguno después de haberles inyectado la falsa panacea. Los experimentos fracasaron y los resultados han sido ocultados durante varias décadas.
"Una rigurosa investigación" de lo ocurrido
La secretaria de Estado anunció que se realizaría una investigación "rigurosa" con respecto a los detalles de lo sucedido y se mostró "indignada de que tal experimento reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública". Clinton aseguró que el estudio realizado hace más de 60 años "no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala".
Señaló que el estudio es una clara muestra de que hace medio siglo no existían ningunas garantías para las investigaciones en seres humanos y destacó que hoy en día EE. UU. "es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos cumplan con las rigurosas normas legales y éticas" tanto estadounidenses, como internacionales.