“Rusia seguirá luchando por el Ártico y no entregará 'ni un palmo de sus intereses' en la región, advirtió el comandante en jefe de la Armada rusa Vladímir Vysotski. Según el almirante, la necesidad de defender sus posiciones en el Ártico ha madurado, porque hay muchos que desean apropiarse de un ‘buen bocado ártico’.
Vysotski destacó la aparición en la región de varios estados que no forman parte del Consejo Ártico, pero “de manera muy intensa y empleando medios diferentes posicionan sus intereses”, y precisamente con ellos “seguramente habrá más problemas que con nadie”. En particular, con China que ya ha concluido varios contratos con Noruega sobre la explotación de las zonas nórdicas, puntualizó Vysotski.
“China ha llegado a ser un socio importante de diferentes países, pero esa cooperación implica aspectos tanto positivos, como negativos”, por lo que el almirante recomienda que “Rusia adopte una actitud razonable”. Los intereses estatales en la región deben integrarse bajo el mando de una organización seria.
Además, según Vysotski, en el Ártico se requiere un desarrollo intensivo de tecnologías espaciales, incluido el sistema GLONASS que actualmente no da cobertura a esa zona. Uno de los pasos primordiales que Rusia debe dar es “asegurar antes del año 2012 la extensión de la plataforma continental rusa en plena conformidad con justificación específica de su posición”.
En el Ártico se encuentran abundantes yacimientos de petróleo y han sido descubiertas importantes reservas de metales y carbón. Actualmente además de los estados ribereños -EE. UU., Canadá, Dinamarca, Noruega y Rusia– más de 20 países aspiran a tener accesos a las riquezas naturales de esta vasta región, entre los cuales uno de los más activos es China. En 2008, el Consejo de Seguridad de Rusia adoptó la Convención del Ártico, que especificaba la necesidad de contar con la seguridad militar en esa zona. No es de extrañar que algunos expertos ya estén vaticinando una posible 'Guerra Fría' (más bien 'Guerra Ártica') en la región.
Los diplomáticos rusos en vísperas del Foro Internacional del Ártico, que se celebró en Moscú hace dos semanas, expresaron su plena confianza de que las negociaciones sobre la exploración de la zona transcurrirían en un ambiente exclusivamente pacífico. Rusia lleva muchos años tratando de convencer a la comunidad internacional de que las cordilleras Lomonósov y Mendeleiev son extensiones geológicas naturales de su plataforma continental, contra lo que están protestando Canadá y Dinamarca. En caso de que Rusia logre dar justificación a sus razonamientos, podría obtener 1,2 millones de km² adicionales en el Ártico y llevar a cabo allí la explotación minera.
Las negociaciones en torno al problema viene desde hace 40 años. Según los expertos, en la región se concentran reservas petrolíferas por el monto que supera 5,5 billones de euros.