Una campaña enseña en los transportes cómo no hay que mentir
Varios camiones con carteles publicitarios que exigen “decir la verdad” aparecieron en las calles neoyorquinas. En especial, patrullan las oficinas del periódico The New York Times y las empresas mediáticas ABC, CBS, NBC, a las cuales está destinado su mensaje: “¡Acaben con la parcialidad liberal, digan la verdad!”.
Unos testigos contaron sólo cuatro vehículos involucrados en la campaña. Mientras, la organización no gubernamental que los pintó, Media Research Center, asegura en su sitio web que hay “docenas”. Se sabe también que vehículos similares corren por las calles de Washington, figurando ante las oficinas de las mismas redes de emisión, sumando además el The Washington Post, CNN, Newseum y el Club de Prensa Nacional.
No fue ayer cuando el MRC sacó a la agenda pública el tema de la protesta conservadora contra la actitud de los mencionados medios de comunicación que, según opinan los expertos también conservadores, siguen ciegamente y asimismo abogan en los menores detalles la actuación del gobierno de Barack Obama.
Para que la sociedad preste atención al problema, enseñan por televisión anuncios de 15 segundos. Están dedicados a la reforma de sanidad de Obama, la mezquita del Área Cero y la inmigración ilegal. De acuerdo con el MRC, en los tres temas los medios informativos liberales no sincronizan con la mayoría de la sociedad norteamericana.
También hay anuncios de 60 segundos de largo en la radio nacional recitados por Mark Levin, el anfitrión de emisiones de orientación conservadora. Y para colmo, una serie de vallas publicitarias reproduce en nueve ciudades estadounidenses —Dallas, Seattle, Las Vegas, Orlando, Little Rock, Lexington, Pittsburg, Cincinnati y Milwaukee— el mensaje a los periodistas del país. Los gastos totales para la campaña alcanzaron los 2,1 millones de dólares, según declaró en su sitio el propio MRC.
El fundador y presidente del centro conservador que emprendió la campaña, Leo Brent Bozell, explicó su objetivo: “obligar a los liberales de estos medios informativos a dejar de empujar su agenda del día y simplemente decir la verdad”. El intento de arrogarse el derecho de juzgar sobre la verdad y la mentira es muy señalado en ese planteamiento.
Invocar a medios de comunicación asociados con el Partido Democrático a cambiar de agenda supone invitarles a cambiar de dueño, lo que por supuesto no podrían permitirse los republicanos y en especial los grupos más derechistas dentro de este partido: las empresas son demasiado caras para ellos.
Debido a eso, la única opción que quedaba al conservadurismo es reclamar a dichos medios de comunicación que no mientan 'de manera liberal'.