Según opensecrets.org, hay 130 empresas extranjeras que patrocinan los PAC (Comités de Acción Política) valiéndose de sus filiales con sede en Estados Unidos y financiando las innumerables campañas en el marco del ciclo electoral de 2010. Juntos han donado ya más de 12,6 millones de dólares a las campañas políticas a través de diversos PAC, comenta News Junkie Post.
El número de contribuciones electorales de este año parecen haber alcanzado el nivel más alto que cualquier otro ciclo intermedio de elecciones federales, ocupando el segundo lugar tras las elecciones presidenciales de 2008, cuando las empresas extranjeras con vínculos en EE. UU., desembolsaron una suma récord de 16,9 millones de dólares.
Hasta los comicios de 2006, las donaciones de los PAC extranjeros favorecían claramente a los republicanos. Pero desde entonces, han decidido ‘expandirse’ para asegurar el resultado electoral, y se han convertido en “fuentes financieras bipartidistas”.
Las principales empresas que participan en este mecanismo, que debería quedar prohibido, pero en la práctica no lo es, incluye el gigante farmacéutico británico Glaxo, el productor de bebidas belga Anheuser-Busch, la empresa de asesoría tributaria de KPMG con sede en Holanda, al igual que la contratista militar BAE Systems Company con sede en el Reino Unido.
Según datos trascendidos, cada una de estas empresas cuyas filiales se ubican en territorio estadounidense gastaron más de 500.000 de dólares en las votaciones de 2010.
Las reglas de la Comisión Federal Electoral indican que mientras la filial estadounidense de la compañía con sede extranjera tiene suficiente dinero en su cuenta para facilitar este tipo de donaciones, no hay niguna restricción a proporcionar una cantidad ilimitada de dinero para PAC, lo que evidentemente es contrario a la ley federal, según la cual los contribuyentes extranjeros no pueden utilizar fondos externos para financiar sus preferencias políticas, y tan sólo pueden recaudar dinero de los ciudadanos o titulares de tarjetas verdes. Pero según News Junkie Post es obvio que el intento de hacer cumplir las leyes a las 'mega-compañías' como las arriba mencionadas supone una batalla legal condenada a un rotundo fracaso de antemano.
Aparte de estas empresas extranjeras, gran parte de inversiones en el proceso electoral estadounidense proviene de las compañías nacionales. Así de 1989 a 2010, la lista de los diez mayores donantes incluyen: AT & T con 45,6 millones de dólares, Goldman Sachs, con 36,7 millones, Citigroup c27,5 millones, UPS con 24,9, Altria (también conocido como Philip Morris) con 24,3 millones, Microsoft con 21 millones, JP Morgan, con 20,3, Time Warner con 20 millones, Morgan Stanley con 19,8 millones, y por último, pero no menos importante, Lockheed Martin con 19,3 millones.