El Tribunal Criminal Central de Londres declaró culpable el martes a un príncipe saudita del asesinato de su sirviente en un hotel de la capital británica. La sentencia será anunciada el miércoles. El príncipe afronta una pena de cadena perpetua.
El príncipe Saud Abdulaziz bin Nasser al Saud, de 34 años, le pegó una paliza y estranguló a Bandar Abdulaziz, de 32 años, en el hotel de Landmark el 15 de febrero de 2010.
El príncipe achacó las heridas del sirviente a un atraco en la calle que tuvo lugar poco antes de su muerte, pero sus afirmaciones fueron desmentidas por la autopsia y las grabaciones de las cámaras de vigilancia del hotel, que registraron varias ocasiones en las que Saud Abdulaziz había agredido a Bandar. Tras ser arrestado, el príncipe trató de alegar inmunidad diplomática.
Según los fiscales, el príncipe y su sirviente eran amantes y el asesinato tuvo lugar durante juegos eróticos no convencionales. El príncipe niega ser gay, lo que no es sorprendente, ya que la homosexualidad se castiga con pena de muerte en Arabia Saudita.
La madre del príncipe es una de los 50 hijos del difunto rey Saud. Según el experto británico Gregory Gause, unos 5.000 príncipes sauditas reciben pensiones vitalicias de 200.000 dólares al año.