¿Qué pasó en realidad en Ecuador el 30 de septiembre? ¿Qué problemas del país y de toda América Latina han revelado estos acontecimientos? ¿Cómo tiene que afrontar la región la amenaza golpista? El presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa Delgado, nos concede una entrevista exclusiva para el programa 'A solas'. El vídeo completo se puede ver en la sección Asolas de nuestra página web.
Contestando a la pregunta sobre los sucesos del 30 de septiembre, Correa comparó esos acontecimientos con el intento de golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales en Bolivia en septiembre de 2008, y con las huelgas en el propio Ecuador en enero de 2000. Según Correa, en el 30 de septiembre, el “supuesto descontento de un grupo de la población” fue aprovechado por varios políticos y grupos de policías corruptos que practican la tortura y violan los Derechos Humanos.
“Estos grupos aprovecharon este aparente descontento para insultar al presidente, mantenerlo de rehén e intentar matarlo”, declaró Correa. Añadió también que las acciones de los golpistas fueron coordinadas, lo que demuestra que “había una preparación de por lo menos tres semanas para generar un caos y desestabilizar el gobierno del país”.
Sobre el tema de la policía nacional y los agentes que iniciaron la conmoción, Correa señaló que uno de los principales problemas es que la policía ecuatoriana nunca tuvo un control civil. “El mando policial está subordinado sólo al ministro del Interior. Entonces, la policía estaba acostumbrada a no rendir cuentas a nadie”, dijo el presidente. Informó también que antes de la revuelta había 17 policías presos por casos de desaparición de ciudadanos y tortura.
Además lamentó que los sucesos del 30 de septiembre revelaran muchas fallas en el funcionamiento de los servicios de inteligencia nacionales. Pero “esto es comprensible”, ya que por mucho tiempo estos servicios fueron financiados y manipulados por Estados Unidos. “Tuvimos que retomar el control de inteligencia y a partir de 2009 estamos reconstruyendo los servicios”, subrayó Correa.
Según el mandatario ecuatoriano, el atentado del 30 de septiembre marcó un hito en América Latina, porque provocó una reacción inmediata -y no sólo retórica, sino también de acciones rápidas y eficaces por parte de los países de la región. La declaración conjunta -emitida tras una reunión urgente de los presidentes en Buenos Aires- de que no se tolerará ningún gobierno ilegítimo es la mejor disuasión posible para los golpistas. El apoyo se manifestó además desde Colombia y Perú, donde se cerraron las fronteras. Así, matizó que un golpe de Estado clásico, como el de Honduras, hoy en día es inviable en América del Sur.
El presidente admitió que todavía no se ha recuperado de la experiencia del atentado de septiembre y que siempre se pregunta qué se puede hacer para evitar la repetición de tal acto violento y criminal. Sabía que el camino hacia los cambios en el país no estaba lleno de rosas, pero tampoco se imaginaba que sería tan brutal. Aunque la situación lo hizo aún más realista, Correa no quiere permitir que la esperanza de los que quieren cambios se agote. El vídeo completo se puede ver en la sección Asolas de nuestra página web.