Las revelaciones de Wikileaks siguen poniendo al Pentágono en evidencia
Otra parte de los documentos secretos de las Fuerzas Armadas estadounidenses se publicó en la página web de Wikileaks. Esta vez el fundador del sitio, Julian Assange, publicó miles de folios de información relacionada con la guerra de Irak.
En una rueda de prensa en Londres, Assange subrayó que su objetivo era provocar un impacto político. En sus propias palabras, quiere "enmendar el ataque a la verdad llevado a cabo antes, durante y después de la guerra". Según Assange, los documentos revelan un total de 109.000 muertos, más de la mitad de los cuales son ciudadanos civiles, 15.000 de ellos no reconocidos previamente por las autoridades aliadas.
Los documentos revelados han producido una reacción inmediata, no sólo entre los altos funcionarios, sino también entre los medios internacionales. Así, el periódico británico The Guardian, basándose en los informes sobre la guerra en Irak, hizo un mapa de asesinatos y muertes durante el periodo entre 2004 y 2009. Además de que la información reconocida por el Pentágono era de al menos 15.000 civiles muertos menos que en los documentos revelados, los datos también mostraron que los EE. UU. siempre han conocido las torturas de los presos por parte de los militares y policías iraquíes, pero nunca tomaron medida alguna. Tampoco han revelado en ninguna ocasión documentos sobre la posible participación de Irán en el entrenamiento de militares de Irak.
Según The Guardian, los documentos publicados relatan muchos casos de asesinatos de civiles por parte de militares estadounidenses, lo que podría ser una de las principales razones del descontento de los iraquíes por la presencia de los norteamericanos en su país.
El Pentágono tampoco hizo públicos los informes sobre los abusos sobre presos por parte de los militares iraquíes, que parecen haber seguido empleando los mismos métodos que en la etapa anterior, bajo el gobierno de Sadam Husein. Por ejemplo, en noviembre de 2005 los soldados estadounidenses encontraron a 95 presos ciegos y con múltiples heridas, en un centro policial.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, declaró que estas revelaciones son una amenaza directa para las vidas de los militares estadounidenses y para la seguridad nacional del país.
El periodista investigador, Wayne Madsen, opina sobre la situación: “En Irak nada se hizo sin la aprobación expresa de los EE. UU. Son responsables de los mismos crímenes que cometió el Gobierno iraquí. Y eso pone en duda toda la justificación de la invasión de Irak, que era percibida como una dictadura sanguinaria por la posesión de armas de destrucción masiva, algo que luego resultó ser mentira. Así sustituimos a un régimen brutal por otro [que también lo es], con el apoyo de EE. UU. Si fuera justo y realmente funcionase el sistema legal internacional, podríamos llegar a ver a Bush, Cheney, Blair y una serie de altos funcionarios militares estadounidenses sentados en el banquillo de los acusados.”
El sitio Wikileaks también publicó información sobre la detención de los tres turistas de EE. UU. por parte de militares iraníes. Según los documentos secretos, los detenidos, acusados por la República Islámica de espionaje, nunca atravesaron la frontera ni llegaron a entrar en ese país, sino que fueron capturados en el territorio iraquí y después trasladados a Irán.