Pasa al juzgado la disputa sobre clases étnicas para jóvenes hispanos

Con una obvia repercusión en la venidera ronda de elecciones del 2 de noviembre pasó al juzgado la disputa entre los liberales y los conservadores sobre la presencia en programas escolares de Arizona de cursos étnicos. Un grupo de maestros presentó su denuncia contra el que se propone como candidato para el fiscal general del estado y termina su misión como el superintendente escolar: Tom Horne.

El otro demandado en la querella es la Junta de Educación del estado que, siguiendo la iniciativa de Horne, aprobó en abril pasado una ley que prohíbe incluir en los programas de la enseñanza secundaria de clases especializados en estudios afroamericanos, hispanoamericanos y de indígenas estadounidenses. De acuerdo con el superintendente saliente, estos promovían el “resentimiento hacia una raza o clase de gente”, siempre que enseñaban a los estudiantes latinos que sufrieran opresión por parte de los blancos, lo que por supuesto no corresponde a la realidad.

Aquella legislación restrictiva debería entrar en vigor a finales de diciembre y con evidencia lo entrará, luego que el partido republicano al que pertenece Tom Horne, así como la gobernadora Jan Brewer, controla toda la vida política del estado. Sin embargo, el juzgado —en función de su imparcialidad— entregará una tribuna a los maestros que condenan el documento que pretende unificar a los alumnos, convirtiéndolos en los verdaderos 'yankees'.

Mediante sus iniciativas anteriores Horne impidió la educación bilingüe en el estado. En cuanto a su última iniciativa, la representa como una cosa decidida en la página web que invita a los ciudadanos a votar por él. Para crear la imagen de un conservador ardiente, advirtió un sus materiales publicitarios que buscaba aplicar la ley de inmediato para prohibir, una vez y para siempre, “estudios sobre la raza” en las escuelas.

Según sus partidarios, la ley busca favorecer la asimilación de los inmigrantes y prevenir la diferenciación intencionada de grupos étnicos dentro de la sociedad. Los adversarios piden revertirla por ser discriminatoria respecto a los que quisieran estudiar sin matices políticos, en dónde se originan y quiénes son.