“Hay varias razones para esto. Ante todo, los escolares y universitarios que no se especializan en Historia hoy en día saben muy poco, o no saben nada, sobre la Revolución de 1917. Hablamos de la generación que surgió después de que fuera destituido el poder del Partido Comunista en 1991, se trata de ignorancia crasa en el tema.
Como resultado de los veinte años de reformas, el número de horas asignadas para la enseñanza de la historia del país se redujo a la mitad en escuelas secundarias, y a un cuarto en las facultades universitarias no especializadas en Historia. De hecho, lo que pasa en las universidades se puede describir como profanación y destrucción de la enseñanza de la Historia de Rusia.
Me reúno con estudiantes de facultades jurídicas y sociológicas. Imagínense que la enseñanza de la Historia rusa, que se extiende por más de un milenio (incluido el siglo XX, muy difícil de aprender), está limitada solo a 12 lecciones o incluso a 8. La situación en el ámbito de la educación viene empeorando. De ahí que no conozcan nada, de ahí la actitud alienada e indiferente.
Asimismo, se puede añadir que esa es una época del pasado ya que en Rusia se ha establecido lo que llamamos una “democracia burguesa” con propiedad privada, un parlamentarismo pluripartidista, así que los acontecimientos de 1917 son de siglos pasados, son algo exótico para los jóvenes. Gracias a alguna película pueden saber más sobre Iván el Terrible que sobre lo que pasó en 1917. Es horrible y a la vez podría ser un fenómeno natural. Lo malo es que no conocen nuestra historia por más dramática que ésta sea", comentó Vladímir Lavrov.
La Revolución rusa: 93 años más tarde