El presidente ruso visitó las islas Kuriles en el Oriente Lejano del país para inspeccionar el desarrollo de la región. Dmitri Medvédev es el primer líder ruso que visita esas tierras. Planea reunirse con los habitantes de las islas e inspeccionar las unidades de construcción que están siendo edificadas al amparo del programa de desarrollo social y económico de las Kuriles.
Tras la Segunda Guerra Mundial las islas pasaron a formar parte de la Unión Soviética. Sin embargo, el archipiélago sigue generando desacuerdos entre Moscú y Tokio ya que Japón lo demanda territorialmente.
Hace tres años la iglesia ortodoxa rusa abrió su parroquia en la isla de Shikotan. La construcción de templos es parte del programa de desarrollo social y económico del Gobierno de Rusia para mejorar el nivel de vida de los pobladores de las islas Kuriles, que incluye la construcción de escuelas y proyectos de energía y transporte. Ya pueden verse algunos frutos del mismo.
"Tenemos la tasa de natalidad más alta de toda la región. Hay mucha gente joven, muchos militares y oficiales. Su nivel de vida es bastante alto hoy en día", cuenta padre Dmitri, un sacerdote de la iglesia ortodoxa rusa en las islas.
Las islas Kuriles están entre el mar de Ojotsk y el Oceáno Pacífico, y son todavía un tema de tensa discusión entre Rusia y Japón. Según la ley internacional, después de la Segunda Guerra Mundial estos territorios pasaron a formar parte de la Unión Soviética y luego de Rusia. Sin embargo, Japón sigue insistiendo en la posesión territorial de las mismas.
Los isleños mantienen relaciones estables con Japón por razones geográficas y económicas, por lo que gozan de gran popularidad las clases de japonés. Erika Yamamoto es maestra de esta lengua y su salario es pagado por el Gobierno del 'país del sol naciente'. Dice que así tiene la posibilidad de difundir su idioma y cultura.
"Nuestras clases gozan de gran popularidad. Cuando vengo a la escuela, los niños ya me están esperando. Entre los alumnos hay mucha gente que estuvo el año pasado también. Aquí soy feliz. A veces hasta me siento como si estuviera de nuevo con mi familia", dice Erika.
Los tanques soviéticos se quedaron en la isla Kunashir como herencia de la Segunda Guerra Mundial. En 1945, ésta y otras islas Kuriles se anexaron a la Unión Soviética. Pero su definición nacional sigue en duda hasta el día de hoy.