Uno de los más poderosos narcotraficantes mexicanos, Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, alias 'Tony Tormenta', murió en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en la ciudad de Matamoros, en la frontera con el Estado de Texas, EE. UU., informó EFE.
Según los medios locales, desde por la mañana se registraron allí varios tiroteos entre infantes de la Marina y delincuentes. Tras uno de los choques fue abatido 'Tony Tormenta', así como tres de sus cómplices y también dos militares.
El criminal, de 48 años, se situó entre los altos capos del cartel del Golfo desde 2003 y obtuvo la máxima influencia tras el arresto y extradición a Estados Unidos en 2007 de su hermano, Osiel Cárdenas, el ex líder de los narcotraficantes. Posteriormente la justicia estadounidense también solicitó la captura de Antonio Cárdenas, ofreciendo una recompensa de 5 millones de dólares por información sobre su paradero.
El cartel del Golfo domina el tráfico de la cocaína que llega desde Sudamérica a los puertos de la costa este de México. Desde hace unos meses se enfrenta con sus antiguos aliados 'Los Zetas' y sus conflictos sangrientos ya han causado, de acuerdo con los datos oficiales, más de 1.600 muertos.
Tras asumir el poder en 2006, el presidente mexicano, Felipe Calderón, declaró la guerra contra el crimen organizado y los narcotraficantes. Se vio obligado a desplegar al Ejército para participar en esta lucha, un paso que estuvo motivado por la corrupción de la policía. De este modo, más de 60.000 militares fueron enviados a las regiones fronterizas con EE. UU.
Sin embargo, a pesar de todas estas medidas, la situación todavía no ha mejorado de forma sensible. En particular influyen en ello obstáculos como la mencionada corrupción y los abusos cometidos por las autoridades policiales y judiciales mexicanas lo que, según comprobó el Instituto Tecnológico de Monterrey, aumenta "la desconfianza de la ciudadanía respecto a las instituciones de seguridad pública".
Según el informe de esa institución, que recopiló los avances relativos a las propuestas sobre seguridad pública presentadas por el Gobierno, sólo en tres de los 32 estados de la República -en las norteñas Aguascalientes, Baja California y Sinaloa- los organismos de seguridad superan los exámenes de control de confianza aplicados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La instrumentalización de los avances detectados es aún "lenta y poco contundente", mientras que entre los ciudadanos se registra "un incremento de la percepción de inseguridad", concluye el documento.