Medvédev defiende los derechos de los manifestantes
El presidente de Rusia Dmitri Medvédev ha vetado el proyecto de las enmiendas para la ley, aprobado por el Parlamento a finales de octubre, que prohíbe organizar acciones masivas de protesta a aquellas personas que ya tienen una sanción administrativa pendiente por no haber respetado las existentes reglas en lo que a la realización de mítines y manifestaciones se refiere, según el comunicado oficial del Kremlin.
“La ley federal contiene puntos que dificultan el ejercicio del derecho constitucional de los ciudadanos de llevar a cabo reuniones, mítines, manifestaciones, marchas y piquetes”.
"El derecho a la realización de las acciones públicas está directamente vinculado a los derechos de los ciudadanos a participar en las gestiones del Estado, a la libertad de opinión y otros derechos constitucionales, cuya restricción se permite solamente con el fin de proteger las bases constitucionales, la moral, la salud, los derechos y los intereses legales de otras personas, la defensa del país y la seguridad del Estado", según la nota que envió el mandatario a los jefes de ambas cámaras del Parlamento ruso.
Una de las enmiendas, introducida en el proyecto de las enmiendas para la ley por los parlamentarios rusos, prohibía actuar como organizadores o promotores de protestas ciudadanas a las personas “sometidas en el momento de presentar la solicitud a la sanción administrativa por anteriores infracciones del orden establecido en la esfera de organización o realización de las reuniones, mítines, manifestaciones, marchar o piquetes”.
En el curso de los trámites parlamentarios numerosos defensores de derechos humanos, incluyendo a Liudmila Alekseeva y Lev Ponomarev, líderes de grupos opositores a la Administración actual, se habían dirigido con las correspondientes solicitudes al dirigente pidiendo vetar este proyecto de las enmiendas para la ley, que según ellos menoscaba los derechos ciudadanos.
Conforme a la Constitución rusa, el presidente tiene derecho a denegar un proyecto de las enmiendas para la ley, que sin embargo entrará en vigor, si ambas cámaras del Parlamento vuelven a votar a su favor, pero reuniendo para este fin dos terceras partes de los escaños.