Las elecciones parlamentarias en Myanmar, primeras en los últimos 20 años, concluyeron en medio de denuncias de fraude y provocaron una oleada de críticas internacionales por considerarse injustas y antidemocráticas.
Durante la jornada electoral unos 27,3 millones de birmanos estaban convocados a elegir a los 1.163 diputados del Parlamento bicameral nacional y de las asambleas legislativas de los estados y regiones. Los 40.000 colegios electorales instalados por todo el país cerraron sus puertas alrededor de las 16:00 horas locales, sin que se diera a conocer ningún resultado preliminar de la votación.
El Partido Unión de Solidaridad y Desarrollo (USDP), respaldado por el gobernante régimen militar, se perfilaba como ganador absoluto de la jornada electoral desde antes del inicio de la votación. Al menos seis partidos advirtieron este domingo que presentarán denuncias ante la Comisión Electoral del país por fraude, intimidación y la votación anticipada de cientos de trabajadores del Estado que fueron obligados a votar por el USDP.
La prensa occidental reporta sobre los policías antidisturbios armados que hacían guardia en centros de votación casi vacíos de Rangún o patrullaban las calles en convoyes de camiones militares. Internet casi no funcionó en Myanmar durante la jornada electoral, afectado por reiteradas caídas que supuestamente habrían sido organizadas por la junta militar para controlar el flujo de información.
Además, las elecciones estuvieron marcadas por la prohibición de cobertura por parte de la prensa extranjera y la ausencia de supervisores electorales externos, que las autoridades tampoco permitieron. Según informa Reuters, la televisión estatal no emitió noticias del proceso electoral hasta casi cuatro horas después del cierre de las urnas y sólo mostró una imagen del gobernante militar, Than Shwe, depositando su voto.
Las elecciones inmediatamente provocaron fuertes críticas por parte de muchos países. El presidente estadounidense, Barack Obama, consideró durante su visita a India que los comicios “no son libres ni justos, ni mucho menos democráticos”. Las elecciones también fueron reprobadas por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, la Unión Europea y los gobiernos de Reino Unido y Francia, que los calificaron como “una farsa”.