En Springfield, Estado de Ohio, la explosión de una chimenea de la central eléctrica Edison causó un desastre, cuando la torre cayó sobre unas líneas de alta tensión.
Los especialistas en demoliciones controladas habían preparado todo para derribar una torre de unos 80 metros en la planta de energía. No obstante, en unos instantes todo se salió de control. Cuando accionaron los explosivos, la torre, en vez de caer hacia la izquierda, lo hizo hacia la derecha, donde se ubicaban unas líneas de alta tensión.
Los primeros gritos de admiración se convirtieron inmediatamente en gritos de terror, cuando los espectadores tuvieron que correr para salvar sus vidas. Sin embargo, no hubo víctimas fatales ni heridos, sólo daños materiales.