Yair Klein, padre de los "escuadrones de la muerte" colombianos
La cancillería colombiana recordó hoy que su país sigue estudiando vías judiciales que permitan la extradición de Yair Klein, mercenario de procedencia israelí condenado en ausencia por entrenar a grupos paramilitares, informa EFE.
Detenido en el aeropuerto de Moscú por solicitud de un juez de la ciudad de Manizales en 2007, el conocido mercenario apeló ante la Corte Europea de Derechos Humanos que denegó su entrega al Gobierno colombiano.
El Tribunal Superior de Justicia del departamento colombiano de Caldas, que condenó al israelí en 2002, estableció que en la década de los 80 Klein impartió instrucción militar a grupos paramilitares financiados por narcotraficantes en esa región.
Detrás de estas formulaciones, algo secas, se encuentra uno de los personajes más macabros de esta región del país martirizada por la violencia y un verdadero “abuelo” de grupos paramilitares mafiosos.
Sucinta biografía de Klein
Klein inició su carrera militar desde muy joven al ser seleccionado para comandos especiales de asalto. Allí aprendió todo lo que sabe en sobre lucha y defensa de su país natal, casi siempre en guerras por sobrevivencia y con una sólida preparación militar. Absorbió todo como una esponja.
En 1972, participó en el rescate de una decena de rehenes retenidos en un avión libio en el aeropuerto der Lod, en Tel Aviv, operación que duró tan sólo 7 segundos.
Al retirarse definitivamente del ejército en 1983, montó su propia firma de seguridad llamada Hod Halanit y estableció contactos con la milicia llamada Falange Cristiana, la que más tarde participó en la masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila, en el Líbano.
Yair Klein tiene todo un “currículo” delictivo, típico de todos los mercenarios: viajes a Sierra Leona, entrenamientos militares a milicias centroamericanas.
El colmo de su trayectoria asesina fue su “actividad colombiana”, país al que entró en 1988 y en el que entrenó directamente a Fidel Castaño y, después a Carlos, su hermano.
Les enseñaba a acabar con sus víctimas citando siempre su versículo bíblico favorito: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada”, (Levítico 26:8).
Más tarde, Klein al ser entrevistado por Caracol Televisión afirmó que había visitado Colombia por solicitud de la policía para entrenar a sus miembros y criticó el proceso de disolución de los escuadrones de la muerte calificándolo de "estupidez".
El periódico El Espectador en una ocasión le preguntó en una entrevista lo siguiente:
— ¿Está arrepentido por lo hecho en Colombia y por lo que sus alumnos han consumado: muerte y destrucción?
— ¿Qué culpa tiene un ministro de educación si sus alumnos fuman droga en las escuelas?, respondió.