La OTAN planea retirar su tropas de Afganistán a finales de 2014, para que "el pueblo afgano vuelva a ser el dueño de su país", según declaró el secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, durante la cumbre del organismo internacional que se realiza estos días en Lisboa.
Según el dirigente, tras negociar en la capital portuguesa los 28 países miembros del bloque y otras 20 naciones que tienen tropas desplegadas en el estado asiático dentro de la misión de ISAF, aprobaron la estrategia de transferencia de la seguridad a las fuerzas locales, lo que quedó establecido en un acuerdo de cooperación estratégica, firmado por Rasmussen y el líder afgano, Hamid Karzai.
Al mismo tiempo, se destaca que la coalición no va a dejar a las actuales autoridades afganas 'a solas' con los talibanes. "Si los talibanes o alguien más espera a que nos vayamos tras entregar la seguridad a las fuerzas afganas, que se olviden, nosotros estaremos allí para terminar nuestro trabajo", subrayó el secretario general de la OTAN. Posteriormente, según Rasmussen, la alianza mantendrá sus militares en Afganistán con otras funciones de apoyo.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, cuyas relaciones con el mando de coalición, según los analistas, están empeorando últimamente, se mostró optimista sobre el éxito del proceso de transición en su país.
Cabe recordar que recientemente el mandatario afgano sometió a fuertes críticas a la táctica de EE. UU. en su país e insistió en que los militares estadounidenses pongan fin a las operaciones que causan la muerte de miles de civiles, provocando la indignación de la población e induciendo a algunos ciudadanos a unirse a los talibanes. Según Karzai, el bloque militar lleva desarrollando sus operaciones militares ya 9 años, pero su único efecto evidente son las 2.050 muertes entre los soldados de la coalición, las 30.000 entre los talibanes y miles de fallecidos más entre los civiles.
Al calificar los resultados de las negociaciones de la cumbre actual, el mandatario consideró el plazo determinado para que las fuerzas afganas reciban los poderes del contingente internacional como suficiente, y señaló que su Gobierno continuará el diálogo de paz con los insurgentes.
Mientras tanto, los representantes de los talibanes también han tenido tiempo para demostrar su decepción por las decisiones adoptadas por la OTAN. "La Casa Blanca fijó julio de 2011 como última fecha para comenzar a retirar las tropas de ocupación que ya habían sufrido la derrota", declararon los representantes del movimiento en un comunicado divulgado este sábado.
Por otra parte la OTAN ha puesto sus esperanzas en la participación de Rusia en la campaña afgana. Se trata en primer lugar de equipar al ejército afgano con helicópteros rusos y llevar a cabo la instrucción de los soldados. Además, el mando de la coalición espera ampliar las posibilidades para el tránsito de material a través del territorio ruso.
El transporte se lleva realizando durante un año y medio, pero Rusia permite el paso sólo del cargamento civil. Según precisó el representante del país ante el bloque, Dmitri Rogozin, la parte rusa no va a cambiar su posición y como antes seguirá prohibiendo el paso de armas a través de su territorio.