El periodo de enfriamiento en las relaciones entre Rusia y la OTAN ha finalizado. Así lo declaró el presidente ruso, Dmitri Medvédev, durante la sesión del Consejo Rusia-OTAN que se celebró por primera vez desde 2008 en el marco de la cumbre en Lisboa.
"Hemos constatado que el periodo de enfriamiento y reclamaciones mutuas ha finalizado. Estamos mirando al futuro con optimismo y estamos tratando de desarrollar las relaciones entre Rusia y la OTAN en todas las direcciones", subrayó.
Al mismo tiempo, señaló que en la declaración sobre los resultados de la cumbre queda reflejado que "aspiramos a desarrollar una relación de socios estratégicos".
"La lucha contra el terrorismo, contra el crimen [relacionado con el tráfico] de la droga, problemas vinculados con la piratería y con la proliferación de las armas de destrucción masiva son temas en los que casi no tenemos desacuerdos", dijo el mandatario, recordando que incluso en el momento más difícil de discordias, Rusia y la Alianza cooperaban en estos ámbitos.
Las dos partes acordaron que las divergencias en la interpretación de los acontecimientos en el Cáucaso en agosto de 2008 no serán un obstáculo para las relaciones entre Moscú y Bruselas. "Hemos constatado que este tema no debe convertirse en una piedra en la que tropezar", dijó el jefe del Estado ruso. "Desarrollaremos conversaciones sobre el asunto, nosotros mantenemos nuestra postura, mientras que los países miembros de la OTAN mantienen la suya", añadió.
Al referirse a los actuales problemas internacionales, Medvédev indicó que Rusia junto con la OTAN está dispuesta a supervisar el desarrollo del programa nuclear de Irán y de otros países. "Junto con los países de la OTAN observaremos con gran atención el desarrollo de los diferentes programas que existen en otros países".
Además, expresó su esperanza de que su homólogo estadounidense, Barack Obama, consiga la ratificación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START). "Espero que los legisladores de EE. UU. tomen un enfoque responsable, dado que no sólo Rusia está interestada en el Tratado, sino también Estados Unidos y los demás países están interesados en él".
De acuerdo con Medvédev, si Rusia y la OTAN no consiguen un acuerdo sobre el escudo antimisiles, esto puede conllevar una nueva carrera armamentista. "Acabo de hablar sobre que si no conseguimos un acuerdo sobre el escudo antimisiles, a fin de cuentas, dentro de unos 10 años o tal vez antes, esto puede conllevar una nueva carrera armamentista", señaló el mandatario. "No quisiéramos que esto pasara", añadió.
Mientras tanto, EE. UU. ya no ve a Rusia como un enemigo, sino como un compañero, afirmó, por su parte, el presidente de los EE. UU., Barack Obama.
"Después de dos años de pausa mi amigo y compañero Medvédev ha participado en la cumbre del Consejo Rusia-OTAN. Hemos conseguido reiniciar las relaciones ente Rusia y Estados Unidos, y hoy hemos reiniciado las relaciones entre Rusia y la OTAN", subrayó, indicando que la parte norteamericana está contenta de la mejora de este diálogo después de la "recarga" de las relaciones ruso-americanas.
"Hemos colaborado estrechamente para alcanzar la 'recarga' de las relaciones ruso-americanas, y eso llevó a beneficios concretos para ambos países. Ahora recargamos también las relaciones entre Rusia y la OTAN", dijo.
El jefe de la Casa Blanca marcó también las principales esferas de cooperación entre los socios. "Hemos consentido reforzar nuestra cooperación en ciertas esferas prácticas: Afganistán, lucha contra las drogas y otras amenazas a la seguridad del siglo XXI". El terreno de interacción práctica más importante es la cooperación en el campo de la defensa antimisil, según Obama.