"Uno de los summits más exitosos en los 61 años de la historia de la OTAN", según calificó esta cumbre de dos días su secretario general Anders Fogh Rasmussen. El documento aprobado por los 28 países de la Alianza, según el dirigente, permite a la Organización “ser más eficiente, más integrada y más racional que nunca”.
El nuevo 'Concepto Estratégico', recogido en un detallado documento de 11 páginas y que sustituye la anterior doctrina de la Alianza vigente desde el año 1999, determina las prioridades de ésta, así como las amenazas del siglo XXI contra las cuales emprenderá una lucha sin cuartel en colaboración con los socios internacionales.
El nuevo texto político comenta que la Organización tiene la intención de crear un sistema antimisiles que protegerá a la población y a los países que integran su estructura y será “uno de los elementos centrales de la defensa colectiva”.
Por primera vez en la historia de la OTAN se especifica que ésta no presenta ninguna amenaza para Rusia, sino, al revés, intenta llegar a “una verdadera cooperación estratégica”. También ha anunciado el firme propósito de reforzar las consultas políticas y la cooperación práctica con Moscú en la esfera de intereses comunes, específicamente en la defensa antimisiles y la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la piratería marítima y además “utilizar plenamente el potencial del Consejo Rusia-OTAN”.
En términos generales el 'Concepto Estratégico', aprobado por los participantes, refleja el deseo de los países de edificar relaciones más sólidas y constructivas con el Kremlin, según anunció el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, en la conferencia de prensa sobre los resultados de la cumbre.
Otro compromiso que se ha logrado en Lisboa fue el arreglo de las divergencias entre los estados miembros, prioritariamente entre Francia y Alemania, en la materia de la llamada ‘disuasión nuclear’ y el sistema territorial antimisil en la región euroatlántica. Como se había venido solicitando desde París, este nuevo ideario postula que la Alianza no está dispuesta a renunciar a las armas nucleares mientras éstas existan a escala mundial. Berlín, a su vez, había insistido en incluir en el documento la formula de que Bruselas plantea el objetivo de crear condiciones necesarias para un mundo sin armas atómicas.
Otro paso importante fue la decisión de ir dotando a las autoridades afganas con las responsabilidades sobre la seguridad del país: este proceso será iniciado a principios de 2011 con vistas de finalizarlo en 2014. Rasmussen también destacó que la institución se quedará en Afganistán tanto tiempo, cuanto lo requiera “nuestra misión”.
En nombre de la OTAN el secretario general firmó con el presidente, Hamid Karzái, un acuerdo bilateral sobre la cooperación a largo plazo. Mientras tanto Rusia acordó que ampliará el marco del tránsito terrestre de los suministros para la misión en territorio afgano.
El sistema antimisiles y la situación en Afganistán fueron sin duda dos de los temas fundamentales que han marcado la agenda de la cita mundial, aunque Moscú y la OTAN se comprometieron a cooperar además en otras áreas tales como la lucha contra el terrorismo, la piratería y la no proliferacion de armas de destrucción masiva. Los expertos coinciden en que la realidad contemporánea no permite a la Alianza Atlántica cumplir con sus tareas sin la ayuda de sus homólogos rusos.
No es nada extraño que los participantes de la cumbre hayan rivalizado en elogios al resultado final de la reunión, subrayando su carácter histórico al enterrar, por lo menos de momento, los fantasmas de la tristemente célebre 'Guerra Fría' que tanto daño ha causado a las relaciones internacionales en el siglo XX.