De los cuatro fragmentos codificados de la escultura 'Kryptos', ubicada en el patio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE. UU. desde 1990, uno se sigue resistiendo a los intentos de ser descifrado.
Tres de los enigmas, que suman un total de 768 carácteres, fueron resueltos en 1999, pero el cuarto, de 97 letras, resultó el más difícil porque es el más corto y ofrece menos información para buscar patrones.
El primer enigma se traduce al español como “Entre la sombra sutil y la falta de luz hay un matiz de iqlusión [sic]”. El error de ortografía fue insertado para hacer más difícil la solución.
La segunda frase hace referencia a la latitud y longitud de la sede de la CIA, y el tercer fragmento es un pasaje -también con faltas ortográficas deliberadas- del egiptólogo Howard Carter, quien descubrió la tumba de Tutankamón.
Jim Sanborn, el autor de la escultura creada con ayuda del criptógrafo de la CIA Edward Scheidt, está tan desilusionado con las tentativas infructuosas de los más entusiastas que incluso ofreció una pista en una entrevista con The New York Times. Los carácteres del 64 al 69 en el último enigma, NYPVTT, significan BERLÍN.
“No puedo esperar unas décadas más. Ya tengo 65 años. Podría ofrecer más pistas cuando tenga 76, pero a la edad de 85, no sé”, afirma el artista.
Aunque 'Kryptos' era conocido en los círculos de los criptógrafos desde hace mucho, se hizo famosa después de que Dan Brown se refiriese a ella en la portada de 'El Código DaVinci' y en 'El símbolo perdido' como una clave sobre los “secretos masónicos”.
Pero Sanborn no se alegró de ese tipo de publicidad. Dijo que el mensaje es más complicado que un elemento de la trama de una chapucera novela de misterio. “Cada persona que tenga un secreto, por más trivial que éste sea, tiene una posición del poder”, declaró.