Según las fuentes oficiales, los delincuentes armados que han fundado el pánico en Río de Janeiro desde el sábado continuaron sus disturbios anoche, prendiendo fuego a cuatro coches en varios distritos y tiroteando un puesto policial.
Los nuevos ataques elevaron a nueve el número de incidentes registrados desde el pasado sábado. Las autoridades regionales los han atribuido a una reacción de las bandas de narcotraficantes, que han sido expulsadas por la policía de las favelas bajo su control.
En su anuncio de ayer, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, dijo que mantendrá su política de ocupación policial de las barriadas pobres controladas por las bandas criminales y que intensificará el combate al narcotráfico.
Esto no intimidó a los pistoleros, que volvieron a lanzar ataques entre la noche del lunes y la madrugada de hoy. Como en las ocasiones anteriores, los atacantes, fuertemente armados y exhibiendo fusiles de guerra, bloquearon las vías importantes de la ciudad, asaltaron a los ocupantes de los vehículos que pasaban por el local, los obligaron a abandonar los automóviles y prendieron fuego a los automotores en medio de la calle.
Dos automóviles fueron incendiados de esa forma anoche en un ataque en la carretera Presidente Dutra, que comunica Río de Janeiro con Sao Paulo, otro en Estacio, en el centro de la ciudad, y un cuarto en Tijuca, barrio de la zona norte.
Además de los ataques a automóviles, los pistoleros, que se movilizaban en motocicletas, tirotearon una cabina policial en Del Castilho, barrio de la zona norte de Río, aunque no dejaron víctimas.
La policía informó igualmente de que dos personas que estaban en un automóvil en la región de Baixada Fluminense fueron asesinadas a balazos, pero aún se desconocen las causas de este crimen y si está relacionado con la serie de ataques.
Cabral atribuyó los ataques a represalias de los narcotraficantes expulsados de las favelas ocupadas desde el año pasado por la policía. "Sin duda esos ataques tienen relación con la reconquista del territorio (por parte de la policía) y de la nueva política de seguridad pública de Río de Janeiro", afirmó la víspera.
El más grave de todos se registró al mediodía del domingo, cuando seis delincuentes bloquearon un tramo de la Línea Vermelha, la principal carretera de la ciudad, donde asaltaron a varios conductores, quemaron dos vehículos, robaron un tercero y, en la fuga, atacaron a tiros una furgoneta de la Fuerza Aérea que pasaba por el lugar.
La ofensiva ha generado el pánico en Río de Janeiro, próxima subsede del Mundial de Fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.
Para hacer frente a la serie de ataques, la dirección de la Policía Militarizada de Río anunció el lunes el aumento del número de agentes patrullando las calles, la entrega de 250 nuevas motocicletas para facilitar el desplazamiento de los uniformados y la intensificación de las operaciones en las favelas ocupadas por bandas criminales.
La secretaría de Seguridad Pública, por su parte, anunció el traslado de algunos líderes criminales presos a cárceles de máxima seguridad en regiones distantes del país.