El ejército ruso vuelve a su histórica tradición de contratar militares extranjeros. Según un nuevo proyecto de ley, los ciudadanos de cualquier país que hablen ruso y dejen sus huellas digitales serán admitidos.
“Un ciudadano extranjero que ingrese al servicio militar por contrato debe dominar el idioma oficial de la Federación Rusa”, dice el texto del anteproyecto sobre el servicio militar, publicado en la página web del Ministerio de Defensa.
A diferencia de los ciudadanos rusos, que sirven por contrato firmado de tres años con posible prórroga, los extranjeros que se apunten al servicio ruso firmarán por cinco años y su edad ha de situarse entre los 18 y los 30 años.
Fuentes del ministerio ruso explican que los extranjeros admitidos en el servicio militar no prestarán juramento, sino que simplemente firmarán un contrato en donde figure la exigencia de respetar la Constitución Federal y obedecer estrictamente las órdenes de los jefes.
Los primeros extranjeros aparecieron en el ejército de la Rusia postsoviética en 2004. Hasta ahora, todos procedían de países que anteriormente formaban parte de la extinta URSS. Sin embargo, la tradición de contratar militares profesionales extranjeros proviene ya de los siglos del imperio ruso, sobre todo a partir de Pedro el Grande.
Muchos de estos militares dejaron sus huellas en la historia rusa. Quizá el ejemplo más característico es el teniente coronel alemán Bennigsen, que hizo una brillante carrera en Rusia, y fue una figura clave en el complot que terminó con el asesinato del emperador Pablo I. Más tarde, con el ejército ruso a su cargo, Bennigsen se granjeó la fama de ser el único jefe militar que pudo resistir en la batalla decisiva contra Napoleón. En 1807, en la encuentro de Preussisch-Eylau, el audaz general resistió al entonces invencible emperador francés.
El teórico militar, también alemán, Carl von Clausewitz, autor del famoso tratado 'De la guerra', se alistó en el ejército ruso en 1812, durante la invasión francesa, para luego regresar a Prusia, una vez derrotado Napoleón.
Curiosamente, Napoleón también pudo haber ingresado al servicio ruso. Según un informe del embajador ruso en París, el futuro emperador francés y entonces teniente Bonaparte, pasando pobreza, solicitó el ingreso al ejército ruso. Pero al atrevido teniente no le gustaron las condiciones de ingreso, pues los extranjeros debían empezar con la menor graduación.