Los habitantes de la isla surcoreana de Yeonpyeong fueron instados a refugiarse en búnkeres la mañana del domingo después de que los militares surcoreanos escucharan unas detonaciones en la zona.
Según informó la Junta de Estado Mayor Conjunto surcoreana, los sonidos fueron definidos como disparos de ametralladoras y tuvieron lugar dentro del territorio norcoreano. Sin embargo, no se registró un nuevo ataque, motivo por el que las autoridades han suspendido la evacuación.
Corea del Sur está en máxima alerta por las amenazas de Corea del Norte, que han surgido debido al inicio en el mar Amarillo de maniobras navales conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur. Los ejercicios militares se realizan cerca de las islas de Eocheong y Gyeokryeolbiyeol, y cuentan con el portaaviones estadounidense George Washington y una decena de navíos de guerra.
Las autoridades norcoreanas calificaron esta acción como "provocación" y advirtieron sobre sus consecuencias impredecibles en el caso de que se violen sus fronteras marítimas. Señalaron que con esta "demostración de fuerza" los surcoreanos podrían llevar a la Península de Corea "al borde de la guerra".
El martes pasado la mayor parte de la población de la isla de Yeonpyeong abandonó sus casas después del ataque norcoreano que dejó cuatro muertos y una veintena de heridos. Por el momento, permanecen allí alrededor de 20 habitantes, equipos de emergencias, periodistas y militares que se han desplazado a la zona tras la agudización de la tensión.
Según informa la agencia surcoreana Yonhap citando fuentes del Gobierno de Seúl, Corea del Norte ha desplegado misiles tierra-aire en su costa occidental, con un alcance de entre 13 y 30 kilómetros, y sus posiciones artilleras se mantienen en estado de combate.