El escándalo por la filtración de cables diplomáticos de Estados Unidos amenaza con convertirse en uno de los grandes temas de la XX Cumbre Iberoamericana, que se celebrará entre el próximo viernes y el sábado en la ciudad argentina de Mar del Plata, informa EFE.
Los cables revelados por WikiLeaks, muchos referidos a países y líderes políticos iberoamericanos, suscitaron las más variadas reacciones entre los afectados: desde el silencio hasta las críticas más duras sobre el modo en que se ha manejado la diplomacia estadounidense.
En muchos países "prima la prudencia de no salir a hacer declaraciones oficiales porque aún no se han difundido todos los documentos", dijo a EFE Gabriel de Paula, investigador del Centro Argentino de Estudios Internacionales.
"Están esperando mayor información para dar una respuesta y creo que la van a dar en la Cumbre Iberoamericana y no tengo dudas de que va a haber una fuerte condena hacia la política exterior de los Estados Unidos", señaló el experto.
El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, admitió este martes que el escándalo por las filtraciones podría formar parte de los temas de debate de los jefes de Estado en Mar del Plata, aunque no cree que el espinoso asunto "complique las relaciones diplomáticas entre los países".
Por el contrario, para De Paula, las revelaciones no sólo afectarán a las relaciones de Estados Unidos con los países mencionados, sino que "muchos cables van a empezar a disparar ajustes de cuentas entre los mismos países nombrados".
Los documentos filtrados hasta ahora revelan, entre otras cosas, que Brasil conocía la "presencia" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Venezuela, consideraba a Colombia como la "principal fuente de inestabilidad" en la región y sugirió cómo afianzar la confianza en la frontera entre Colombia y Ecuador.
Otro cable, de la embajada de EE. UU. en Tegucigalpa, reconoce que "sin duda" hubo una "conspiración" en Honduras para derrocar al presidente Manuel Zelaya en junio de 2009.
En otro de los documentos, un asesor del presidente francés, Nicolás Sarkozy, señala que el mandatario venezolano, Hugo Chávez, "está loco" y está convirtiendo a su país "en otro Zimbabue".
Uno de los informes referidos a Argentina destapa que la presidenta, Cristina Fernández, prometió cooperar con Estados Unidos "en Bolivia", pero que, según la mandataria, Washington debía ser "cuidadoso" para que no pareciera una "operación política" contra el Gobierno de Evo Morales.
"Evo no es una persona fácil, nos confía Cristina Fernández (...). Todos necesitamos paciencia, nos dijo", dice en uno de los cables el entonces embajador estadounidense en Buenos Aires, Earl Anthony Wayne.
Precisamente, Evo Morales anunció ayer que no asistirá a la Cumbre Iberoamericana, sin ofrecer las razones de la cancelación de su viaje.
"Si la relación entre Argentina y Bolivia era buena y uno de los cables dice que Fernández se refiere a Morales de un modo no demasiado favorable, puede ser que el impacto de este escándalo deje de afectar sólo a la relación con Estados Unidos para pasar a hacerlo a las de los mismos países de la región", afirma De Paula, que considera "significativa" la cancelación del viaje de Morales a última hora.
De momento, las pocas reacciones oficiales en la región a las revelaciones de WikiLeaks apuntan contra EE. UU. y no se meten en el farragoso terreno de las relaciones vecinales.
Hasta ahora, la reacción más enérgica ha sido la de Hugo Chávez, quien aseguró que la estruendosa saga de filtraciones ha dejado al "imperio al desnudo" y opina que la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, debería "por lo menos renunciar".
El ex canciller argentino Jorge Taiana, a cargo de las relaciones exteriores de su país hasta junio pasado, calificó las filtraciones como un "golpe al prestigio y la seriedad de los Estados Unidos, con consecuencias políticas; y sorprende la falta de profesionalidad, seriedad e investigación que tienen muchas de las cosas que se dicen en los cables".