Rusia fue elegida para ser la sede de la Copa del Mundo de Fútbol de 2018. La organización de un evento de este tipo implica gastos inmensos en la construcción de los estadios y las infraestucturas. Al convertirse en la sede del Mundial de fútbol, Rusia asume una enorme lista de obligaciones ante los responsables del organismo rector del fútbol mundial. Pero por otro lado, supondrá un gran impulso para el desarrollo del deporte nacional durante los próximos ocho años.
Pese a los previsibles gastos, los expertos se muestran muy optimistas respecto a las ventajas economicas que supone ser el país que recibe la Copa del Mundo.
El ministro de finanzas, Alexéi Kudrin, afirmó que Rusia gastará una suma considerablemente menor que la que se invertirá en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, que serán los más costosos de la historia mundial del deporte invernal, alcanzando los 950.000 millones de rublos. “Tenemos todas las posibilidades de tener listas todas las infraestructuras necesarias a tiempo y al más alto nivel, incluidos estadios y el alojamiento para los aficionados. Rusia tiene un plan preciso que ya está en marcha. Hemos elegido las ciudades que acogerán el Mundial y los plazos de construcción y finalización de los estadios están planificados”, aseguró el ministro.
Con anterioridad, en el caso de Sochi, estas palabras se confirmaron con enormes flujos de inversiones y las nuevas instalaciones ya han empezado a contruirse con miras a los Juegos Olímpicos de 2014. El Mundial, que se celebrará en 2018 en varias ciudades rusas, es una excelente oportunidad para renovar las infraestructuras actuales.
La Copa del Mundo permitirá igualmente utilizar de una forma eficiente las infraestruturas construidas previamente para las olimpiadas de Sochi.
Dik Advokaat, entrenador de la selección rusa subraya otras ventajas: “Necesitamos que el campeonato mundial se haga aquí para desarrollar las infraestructuras del país. Debemos cambiar, por ejemplo, en algunos estadios la iluminación, que no es lo bastante buena y no permite a los jugadores verlo todo, aunque estos hacen todo lo que pueden. Hay que construir nuevos estadios para que esto no afecte al fútbol ruso. Todavía tenemos ocho años para construir nuevos campos de juego, carreteras, aeropuertos, etc. Tenemos que involucrar en ello a diferentes empresas.”
El director general de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas está seguro de que cuantas más olimpiadas y campeonatos reciba Rusia, mejor para la economía. Estos eventos no sólo mejoran la imagen del país en el exterior y llaman la atención de los medios internacionales, sino que también significan el aumento de inversiones para la construcción de las instalaciones deportivas, carreteras, hoteles, etc., lo que mejora el nivel de vida de los ciudadanos.
Al mismo tiempo, otros expertos afirman que es necesario intentar limitar los gastos en estos eventos y que sólo en ese caso el Mundial traerá suficiente riqueza. Así por ejemplo los ingresos de la economia sudafricana tras el Mundial totalizaron unos 4.000 millones de dólares.
La Copa del Mundo no es sólo un evento deportivo, sino también un proyecto económico que atrae a centenares de miles de turistas, lo que por su parte también atrae a decenas de inversores extranjeros. Muchas grandes empresas internacionales han querido participar en la organización de los Juegos Olímpicos en Sochi, pues supone una publicidad indirecta importante para la empresa.
Las inversiones para la construcción de transportes, infraestruturas y estadios es un proyecto a largo plazo y van a traer riquezas a la economia rusa durante décadas. El experto del banco Renaissance-Capital cree que esas ganancias sumarán entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en ocho años. Rusia también mejorará su perfil como país turístico, lo que significa una afluencia aún mayor de recursos económicos.
Según el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, la decision de la FIFA puede explicarse por el desarrollo estable y considerablemente rápido de la economía rusa.
Moscú ya ha demostrado ampliamente ser un buen organizador de eventos deportivos. No en vano albergó con gran éxito la final de la Liga de Campeones en 2008, que disputaron el Manchester United y el Chelsea. Fue la primera vez que una final de la Champions se jugó en el Este. Para facilitar la estancia de los hinchas británicos, el gobierno ruso suprimió la exigencia del régimen de visados para el día del partido, así como para los días previos. Ha sido una medida sin precedentes.
La victoria rusa en la elección de la sede del Mundial sin duda alguna influirá significativamente en la vida de sus ciudadanos y la economía del país. Pero además servirá para destruir ciertos estereotipos que existen sobre este país. Se espera que estos dos importantes eventos deportivos de relevancia internacional den a conocer a todo el mundo cómo es la Rusia de hoy en día.