Hace un año, en la noche del 4 al 5 de diciembre de 2009, en la ciudad rusa de Perm, en los Urales, ocurrió un incendio que se hizo uno de los incidentes más trágicos en la historia contemporánea de Rusia. El fuego en el club nocturno Caballo Cojo pareció en un principio a sus visitantes como parte del show, pero se extendió tan rápidamente que se cobró las vidas de 156 personas.
En las conclusiones de la investigación se considera como responsables a los dueños del establecimiento por haber infringido las normas de seguridad. También se acusó de abuso de autoridad al jefe del servicio de bomberos de aquella región.
Tras lo sucedido fue iniciado el caso judicial sobre la tragedia. El 2 de septiembre en Barcelona fue detenido el empresario ruso Konstantín Mryjin, director comercial y uno de los dueños del club que había organizado, obviando las medidas de seguridad, los fuegos artificiales que causaron el siniestro. El 5 de octubre ante el tribunal comparecieron ocho personas acusados de estar involucradas en el siniestro. En caso de que les declaren culpables, los acusados podrían recibir condenas de hasta 10 años de prisión. Actualmente el proceso judicial continúa.