Por primera vez en los últimos 74 años la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz en Oslo, Noruega, se celebró sin ser entregado el premio.
Desde el principio, el Nobel de la Paz resultó ser el más discutido del año. Fue otorgado al disidente Liu Xiaobo, de 54 años de edad, profesor de la Universidad de Pekín y el primer chino en ser galardonado con este premio "por su larga lucha no violenta por los derechos humanos fundamentales en China”.
El presidente del comité noruego del Premio Nobel de la Paz, Thorbiorn Jagdland, acentuó que el Nobel 2010 de la Paz de ninguna manera está dirigido contra China, sino que tiene como objetivo llamar la atención pública para las personas que trabajan con las cuestiones de derechos humanos en China. Sin embargo, el Gobierno de China lo consideró la premiación de “un criminal que quiso subvertir el poder del Estado”, una ofensa, y declaró el boicot a la ceremonia.
El galardonado no pudo asistir a la entrega, ya que actualmente está cumpliendo con su condena en China. Su sentencia prevé once años de cárcel y luego dos años de privación de los derechos civiles por haber participado en la elaboración de diversos manifiestos de artistas y activistas chinos a favor de los Derechos Humanos. Tampoco pudo venir ninguno de sus familiares: su esposa se encuentra bajo arresto domiciliario en Pekín y los otros parientes tampoco obtuvieron el permiso para viajar del Gobierno chino.
Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, inicialmente Jagdland avisó que la ceremonia del 10 de diciembre en Oslo podía ser suspendida.
Barack Obama: “Liu Xiaobo merece este premio mucho más que lo merecía yo”
Sin embargo, finalmente optaron por otra solución. Durante la ceremonia, la butaca de Liu Xiaobo permaneció vacía, pero la famosa actriz y directora noruega Liv Ullmann leyó uno de sus textos desde la escena. Al evento asistieron los reyes Harald y Sonia de Noruega y los representantes de 45 embajadas de distintos países del mundo.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, comentando la situación en un comunicado oficial, volvió a llamar a las autoridades chinas para que libraran al premiado. Añadió, además, que siente mucho que ni Xiaobo, ni sus familiares puedan asistir a la ceremonia como lo hicieron su esposa y él mismo el año pasado, cuando había ganado el premio. “Liu Xiaobo merece este premio mucho más que lo merecía yo”, agregó.
Anteriormente, 19 países habían declarado no presenciar la ceremonia: China, en primer lugar, Cuba, Venezuela, Colombia, Filipinas, Rusia, Ucrania, Kazajistán, Serbia, Irán, Irak, Arabia Saudita, Afganistán, Sudán, Marruecos, Paquistán, Vietnam, Egipto y Túnez. En el último momento Filipinas y Ucrania cambiaron su decisión y se presenciaron en la sala. En cuanto a los demás países, no todos apoyan la protesta contra la decisión sobre Xiaobo. Unos explicaron su ausencia por otras razones: por ejemplo, el embajador ruso, Viacheslav Pavlovski, afirmó que simplemente estará fuera del país.
Simultáneamente a la solemne ceremonia, en el centro de Oslo se realizaban dos manifestaciones: una en apoyo de Liu Xiaobo, otra en contra de su candidatura. A pesar de los fríos invernales bastante severos, ambas manifestaciones contaban con una importante participación.
El 11 de diciembre en el Centro Nobel en la capital noruega se inaugurará una exposición, dedicada a Liu Xiaobo. Se llama 'No tengo enemigos'.
China, que había declarado el boicot oficial a los Nobel, estableció su propio premio de la paz y lo entregó un día antes de la ceremonia en Oslo. El primer laureado resultó ser el ex vicepresidente de Taiwán, Lien Chan, por “la contribución al desarrollo de las relaciones entre China continental y la isla de Taiwán”. En un comunicado oficial, las autoridades chinas acentuaron: “cuando en un país residen más de 1.000 millones de personas, tiene que haber un mayor derecho al voto acerca de una cuestión como la paz".
La ceremonia de Oslo del 10 de noviembre de 2010 resultó ser la primera desde 1936 en que el premio no fue entregado. En aquella fecha quien no pudo asistir era el pacifista alemán Carl von Ossietzky, debido a la intervención de Adolf Hitler.