Un nuevo motín en la Cárcel de San Miguel
Este viernes, tan sólo dos días después de que un incendio se cobrara la vida de 81 presos en la Torre 5 de la Cárcel chilena de San Miguel, unos 300 conscriptos de la misma prisión, residentes de las torres 2 y 3, protagonizaron otro motín, prosiguiendo la revuelta con fuego en los colchonetas y la ropa.
El director de Gendarmería, Luis Masferrer, aseguró que los efectivos de Gendarmería pudieron tomar el control de la nueva situación de tensión casi de inmediato. Intervinieron también carabineros y bomberos.
La revuelta surgió en protesta contra el traslado de 35 prisioneros a la cárcel de Rancagua, una medida compulsiva, ocasionada por el déficit de espacio más que drástico: la zona quemada en el incendio del miércoles es bastante amplia y los daños son muy graves, con lo cual las labores de reparación no se finalizarán tan rápido. La cárcel, con una tasa de sobrepoblación del casi 200% (en el edificio diseñado para alojar 700 personas actualmente se encuentran unas 1.900), no puede permitirse trasladar a los reos de la zona damnificada a otras celdas.
Los presos no quieren ser movidos a otros penales, porque aquellos ya están sobrepoblados. Sus compañeros les apoyan, porque se dan cuenta de que allí sus vidas estarán en peligro: “si los trasladan, los pueden matar”.