Hoy en la ciudad argentina de Córdoba concluye el proceso judicial sobre Jorge Rafael Videla, primer presidente del último régimen militar de facto del país, en el que desaparecieron 30.000 personas. Este es el primer juicio que enfrenta el ex militar desde el año 1985, cuando fue condenado a prisión perpetua (y luego indultado en 1989 por el entonces presidente Carlos Menem).
Hoy le dictarán sentencia por los crímenes de lesa humanidad y violaciones a los Derechos Humanos durante su presidencia (1976-1981) que se le imputan. Junto con Videla, de 85 años, en el banquillo de los acusados están Luciano Benjamín Menéndez y otras 28 personas acusadas de la muerte de 31 presos políticos, así como de secuestros y torturas de un civil y cinco integrantes del entonces Departamento de Informaciones Policiales (D2).
El martes, el dictador argentino usó el derecho de la última palabra en el juicio y se autoproclamó un “preso político”. Videla habló de un “estado de guerra interno” y volvió a justificar el terrorismo de Estado. En un alegato de 50 minutos, el represor aseguró que “los enemigos derrotados ayer” están “hoy en el poder” en Argentina. La sala estaba colmada de familiares de víctimas de la dictadura cuando Videla reveló que asumiría su “injusta condena” por ser un “chivo expiatorio”.
Durante su largo discurso, expresó su versión de la historia. Dijo que existían guerras justas e injustas y que él tuvo el "honor" de haber ganado una "guerra justa" contra el "terrorismo" con la "adhesión mayoritaria" de la sociedad. Expresó que la principal protagonista de los enfrentamientos de aquellos años fue la propia sociedad argentina. Fueron los mismos ciudadanos los que obligaron a “apelar a los uniformados”. Y él lo tuvo que hacer porque “los enemigos (...) querían tomar el poder político para implementar un sistema marxista”. Hoy en día, según él, la guerra continúa: "yo no me atrevería a afirmar que esta guerra terminó", dijo.
Denunció que los magistrados que lo juzgan no son sus “jueces naturales” y aseguró que la sentencia que le vayan a dictar es una decisión puramente política “adoptada con sentido de revancha por quienes fueron ayer derrotados”. Al concluir su alegato el dictador anunció que la condena que deberá cumplir va a ser “un servicio más” para “la concordia del país”.
Actualmente Videla se encuentra detenido en la cárcel de Campo de Mayo en Córdoba, tras haber perdido el beneficio de la prisión domiciliaria en 2008.
El legado de la dictadura
Los vestigios de la época de la dictadura militar siguen conmoviendo a la sociedad Argentina, pese a que han pasado más de 30 años. Las circunstancias de los delitos cometidos hace tres décadas se están empezando a esclarecer recién ahora. Los ocho años de gobierno militar dejaron un saldo de más de 30.000 vidas humanas y estuvieron marcados por secuestros masivos y apropiaciones de bebés. Se calcula que unos 500 recién nacidos fueron robados a sus padres y sólo un centenar de esos niños han logrado establecer su identidad.
La espera del veredicto sobre Jorge Rafael Videla se complementa con otra noticia vinculada con los ‘resultados’ de su gobierno. Uno de los casos más famosos de supuesta adopción ilegal se está investigando ahora: se trata del de la dueña del grupo mediático 'Clarín', Ernestina Herrera de Noble. El Gobierno argentino sospecha que los dos hijos adoptivos de Herrera de Noble podrían ser hijos de desaparecidos durante el régimen militar.
El martes la Justicia argentina citó a los hijos de la dueña de Clarín, Marcela y Felipe Noble Herrera para tomarles muestras de ADN, "con o sin su consentimiento". De acuerdo a la resolución judicial, los hermanos deberán acudir a un hospital para la extracción de sangre y otras muestras biológicas obligatoriamente. En caso de que Marcela y Felipe Noble Herrera no se presenten, la policía está autorizada a detenerlos. Los hermanos en varias ocasiones han asegurado que su adopción fue legal y han dicho sentirse víctimas de una persecución por parte del gobierno actual, enemistado con el conglomerado Clarín.