El jefe del Servicio Federal de Rusia de Control de Tráfico de Drogas, Víctor Ivanov, empezó su visita de dos días a Irán. En Teherán se reunió con el ministro del Interior del Estado, con el presidente del Comité de Seguridad Nacional y Relaciones Exteriores del Parlamento iraní y con el jefe del Departamento Antidroga de la Policía del país.
La visita tiene como objetivo ampliar la interacción entre Rusia e Irán contra la amenaza del narcotráfico de origen afgano. En el marco del encuentro, Ivanov subrayó: “ya es hora de atribuir a este fenómeno la clasificación jurídica de amenaza a la paz y a la seguridad mundial”. El funcionario estimó el número de los fallecidos a causa de la heroína afgana en todo el mundo en más de un millón de personas. Precisó que hoy en día Afganistán produce dos veces más heroína que la que se fabricaba en todo el mundo hace diez años.
Ivanov acentuó que si todos los territorios afectados por el problema -Europa, Rusia, Irán y el propio Afganistán entre ellos-, calificaran la situación como un reto, probablemente se conseguiría un remedio. La solución sería aprovecharse de la presencia de las tropas de la OTAN en Afganistán para erradicar la industria.
Según la cifra oficial, Irán, situado en el cruce del narcotráfico internacional de Afganistán a Europa, en los últimos dos años gastó más de 600 millones de dólares en fortalecer sus fronteras. Las fuentes locales calculan que, gracias a las medidas tomadas, el Estado logró cortar un 85% del volumen total del tráfico de drogas internacional.