Una ventisca paralizó Nueva York durante más de 24 horas
Una tormenta en el área noroeste de los EE. UU. dejó encerradas a miles de personas en los aeropuertos, las estaciones de autobús y hasta en el metro, informa AP. Casi todos los medios de transporte sucumbieron bajo la presión de la fuerte nevada, que cubrió caminos y vías férreas con una capa gruesa de nieve. Al norte de Nueva York la nieve alcanzó más de medio metro de altura y en la ciudad vecina de Nueva Jersey, unos 80 centímetros. En algunas áreas de la región se registraron ráfagas de viento de hasta 130 km/h.
Todos los aeropuertos de Nueva York cerraron y miles de personas tuvieron que esperar su vuelo más de 24 horas. Los que, hartos de la espera inútil, decidieron volver a casa, tampoco lo pudieron hacer ya que los buses, trenes y taxis que salían en dirección a la ciudad quedaron bloqueados. “De aquí literalmente no hay salida”, comentó uno de los pasajeros.
Aunque la ventisca se produjo el domingo, hasta las 19:00 (hora local) del lunes no pudo aterrizar el primer avión en el aeropuerto J. F. Kennedy. Los viajeros afirman que tuvieron que remolcar el aparato desde la pista hacia la salida, ya que no era capaz de franquear los montones de nieve.
A los autobuses y taxis no los pudo remolcar nadie, y esperaban impotentes en medio del camino. A muy poca distancia de ellos, dentro de los vagones de un metro, durante horas esperaron desafortunados pasajeros. Los trenes estaban parados por la nieve y hielo en la vía y el riel electrificado.
El lunes la situación no mejoró mucho. Los residentes del área reportaron que numerosas calles continuaban bloqueadas. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, sin embargo, defendía el trabajo de los servicios municipales. “Se ocupan del caso los mejores profesionales del negocio”, aseguró. “Es una tormenta de nieve, y es de verdad incómodo para mucha gente”.
Pero esas palabras no impresionaron mucho a Shafqat Hayat, un taxista que pasó la noche durmiendo en su puesto de trabajo en una de las calles de la ciudad. “He visto mucha nieve antes, pero tantos coches parados, nunca en 22 años”, comentó.